Thursday, June 14, 2007

La fe católica de un ídolo popular


música suena en las iglesias, algunas de sus canciones hablan de Dios
Cuenta César Coca en El Correo que muchos de quienes la cantan en misa cada domingo no lo saben, pero la música de 'Saber que vendrás', uno de los temas que suelen entonar en los templos grupos de jóvenes con sus guitarras, es de Bob Dylan. Concretamente de la canción que le hizo célebre, en 1963: 'Blowing in the wind'.

No es el único vínculo del premio Príncipe de Asturias de las Artes con la Iglesia. Dylan es uno de los pocos nombres importantes de la música popular mundial que ha vivido un progresivo acercamiento a la fe católica. Su actuación ante el Papa Juan Pablo II, en septiembre de 1997 en Bolonia, dio la vuelta al mundo pero no sorprendió a quienes han seguido de cerca su trayectoria.
Robert Allen Zimmerman nació en el seno de una familia judía y su acercamiento al catolicismo se produjo a finales de los setenta, tras una larga etapa de militancia pacifista y activismo en pro de los derechos humanos, en especial de las minorías. Los discos de esos años muestran una clara influencia del gospel y sus letras tienden hacia el misticismo. A partir de ahí, ha profundizado en sus convicciones religiosas.

En un ámbito como el de la música popular, tan alejado de manifestaciones de fe, Dylan no deja resquicio para la ambigüedad con sus afirmaciones tanto en entrevistas periodísticas como en las letras de sus canciones.
«Hay un hombre en una cruz: /ha sido crucificado./ ¿Sabes por qué y por quién ha muerto?», se pregunta en 'When you gonna wake up'.
En 'Tryn' to get to heaven', anuncia: «Voy lleno de inquietud por la calle,/ tratando de alcanzar el Paraíso/ antes de que cierren la puerta». En una canción escrita para su hijo, 'Forever young', Dylan le desea que se cumplan sus sueños, que ayude y pueda ser ayudado por los demás, que crezca en la justicia y la verdad, que viva en la alegría y siempre se conserve joven. «Que Dios te toque y te inspire siempre», concluye.

Pero el mensaje más profundamente religioso está en 'Ain't no man righteous, no not one': «Cuando un hombre sirve a Dios/ da sentido a su existencia». El día que Dylan actuó ante Juan Pablo II, el pontífice polaco escuchó con atención y sonrió más de una vez ante lo que oía. Luego se ha sabido que a quien no gustó mucho aquel acto fue a su sucesor en la silla de san Pedro, entonces cardenal Ratzinger y hoy Benedicto XVI.

Quizá fue que al Papa actual no le gustó mucho que Dylan dijera en una entrevista que se sentía como Jesucristo porque durante toda su vida ha llevado también el peso del mundo a sus espaldas.
Fuente: El Periodista Digital

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