Tuesday, October 09, 2007

«Pena y sorpresa» del episcopado europeo ante la situación del matrimonio en España

Entrevista con monseñor Blázquez, presidente de la Conferencia

BILBAO, martes, 9 octubre 2007 (ZENIT.org-Veritas).- La exposición de la situación de la familia en España ha preocupado seriamente a los presidentes de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), que se reunieron en Fátima (Portugal) del 3 al 7 de octubre en su Asamblea Plenaria para reflexionar sobre matrimonio, familia, sociedad y ecumenismo.

En esta entrevista publicada por la agencia Veritas monseñor Ricardo Blázquez, obispo de Bilbao y presidente de la Conferencia Episcopal Española, informa sobre el encuentro del episcopado europeo..

Monseñor Ricardo Blázquez: Pero el tema que más tiempo nos ha ocupado es el de matrimonio y familia en los diversos países, cada uno hicimos una información de nuestro país, hubo una especie de panorama general y posteriormente cada uno fuimos describiendo la situación de cada uno de nuestros países.

--En esta cuestión, ¿cómo se encuentra España en relación con el resto de países de Europa?

--Monseñor Ricardo Blázquez: La situación general de Europa se podría describir con estos rasgos: por una parte, la legislación tiende a relativizar el matrimonio como fundamento de la familia; y por otra, tiende a hablar de tipos de familia, con lo cual se termina oscureciendo en qué consiste realmente la familia.

Éstas son dos notas comunes de nuestros países, si se exceptúa Malta, que en este sentido fue una situación que admiramos y agradecemos que exista, pero los otros países llevan una situación bastante distinta.
Y en lo que se refiere a nuestro país, somos el país que ha ido más lejos, concretamente a través de dos leyes que fueron aprobadas a final del año parlamentario 2004 y 2005, a finales de junio y principios de julio.

En primer lugar, la ley del llamado impropiamente “matrimonio” de dos personas del mismo sexo; es sin duda la ley más radical de Europa, se ha atrevido a redefinir el matrimonio --que por naturaleza es siempre la unión de dos personas, un varón y una mujer, para la mutua complementariedad y la transmisión de la vida--, pues la ley por la cual se reforma el Código de Derecho Civil habla de matrimonio heterosexual y homosexual como si fuera lo mismo, cambiando las palabras padre y madre por progenitores.

A medida que fui informando de esto en la Asamblea, la admiración, la pena, la sorpresa la tristeza se iban combinando. Y la otra ley es la que los periodistas llamaron divorcio «exprés», según la cual a los pocos meses de contraído el matrimonio, unilateralmente, sin aducir causas, se puede obtener el divorcio. La estabilidad del matrimonio con esta ley queda, sin duda, profundamente herida.

--¿Esa ley está contemplada en algún otro país europeo en términos similares?

--Monseñor Ricardo Blázquez: Ésta ley tiene correlatos en otros países de Europa con unas radicalidades mayores o menores; pero lo cierto es que desde que entró en vigor en nuestro país ha supuesto que de las rupturas matrimoniales que se hacen ahora, un 90% sea en forma de divorcio y sólo un 10% en forma de separaciones, por lo que hoy se pasa directamente al divorcio.

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