Sunday, December 30, 2007

EL VALOR DE LA FAMILIA

Por José María Martín OSA


1- Las fiestas navideñas son “entrañablemente familiares”. Para muchas personas navidad es sinónimo de encuentro familiar y de nostalgia por los seres queridos que ya no se encuentran con nosotros. La familia es el mejor y más adecuado clima para el crecimiento y la madurez personal

¿Cómo? A base de amor y donación, que es el camino evangélico de realización del ser humano como persona y como creyente. El amor fue, es y será siempre el origen y el alma de la familia. Pero el amor es asignatura difícil de aprobar porque no consiste en recibir, sino que es entrega y sacrificio para hacer feliz al otro.


2.- Vivimos una época de cambio y transformaciones que han afectado también a la familia. Las encuestas, sin embargo, ponen de relieve que los españoles seguimos valorando altamente la familia, que sigue siendo una referencia esencial en nuestras vidas. Es una realidad que no podemos obviar la existencia de nuevos tipos de familia

Múltiples peligros acechan su estabilidad: problemas de convivencia, nuevos hábitos laborales, situaciones de riesgo para los hijos, falta de referencias educativas sólidas, malos tratos, crisis del compromiso estable…La consecuencia más nefasta es el gran número de familias desestructuradas y el excesivo índice de fracasos matrimoniales.

La familia de Nazaret es un modelo universal para todos los tiempos. Las difíciles circunstancias en las que Jesús creció fueron solventadas con el amor y la entrega mutua. El hogar es la primera escuela, la iglesia doméstica, donde el niño aprende lo que observa de los padres, es el lugar privilegiado para la iniciación en la fe.


3- Proteger a la familia. Durante la Segunda Guerra Mundial Victor Frank llegó al campo de concentración. La secreta razón por la que él no quería suicidarse era que tenía dos metas específicas: encontrarse con su familia y escribir un libro.

“El error de la gente, dice Frank, es preguntarse: ¿Qué puedo esperar de la vida? Cuando el acierto está en preguntarse: ¿Qué está esperando la vida de mí?”.

La familia es “la esperanza de la sociedad”, pero todos, incluidas las autoridades públicas, hemos de trabajar a favor de la familia, promoviendo medidas concretas en materia de vivienda, apoyando a las familias numerosas, solicitando medidas laborales que faciliten la convivencia y la educación de los hijos, ayudando especialmente a familias marginadas, transmitiendo a los niños y jóvenes valores auténticos frente a la superficialidad reinante, protegiendo a los ancianos frente al abandono y la soledad. Honrar a nuestros padres y respetarles nace de nuestro agradecimiento a lo que ellos han hecho por nosotros.


4- Los padres de Jesús pasaron por muchas dificultades. Seguro que su vida no fue nada fácil. Eran pobres, vivían en un pueblo pequeño y en una sociedad muy poco desarrollada, pero pusieron todo su amor en la educación de su Hijo.

Hoy se nos narra lo que sufrieron en la huída a Egipto. El evangelista Mateo quiere resaltar que Jesús es el “nuevo Moisés”, que fue llamado en Egipto para salir de allí a liberar a su pueblo. Todo ello indica que desde el principio su destino es solidarizarse con la causa de los que sufren la injusticia. Pero en todo ello pusieron todo su amor comprensivo y paciente.

Su hogar fue la escuela donde Jesús “aprendió” lo que observaba en sus padres. Los niños son esponjas que recogen todo lo que ven en sus padres. Los padres deben ir con el ejemplo por delante. Por experiencia puedo decir que muchos de los fracasos y dificultades de los niños en el ámbito escolar tienen su origen en la familia.

Pidamos a Dios por la familia y valoremos los dones que hemos recibido de nuestra familia.

De Betania

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