Saturday, March 29, 2008

Que la Divina Misericordia proteja a Ingrid Betancourt


Mañana domingo celebraremos el día de la Divina Misericordia. Y a mí me viene a la cabeza la imagen de Ingrid Betancourt, secuestrada por las FARC en Colombia y retenida por la guerrilla en condiciones de extrema gravedad.

El pueblo de Colombia no quiere que Betancourt muera y el mundo entero debiera manifestar su repulsa ante una organización terrorista como la FARC. Colombia se desangra en una guerra no declarada en torno a los campos de coca.

Este es un buen momento para manifestar la repulsa de todos los cristianos hacia organizaciones terroristas de cualquier signo o condición. Cristo no predicó la guerra ni la sublevación, predicó la paz. Su mensaje sí es revolucionario y en él se incluye el perdón.

Aunque mi voz no tenga ninguna relevancia, aunque me encuentre lejos de Ingrid Betancourt, ella está presente en mis oraciones. Y también quienes como ella son sometidos a abusos de cualquier tipo. Es inhumano el secuestro y no tiene ninguna justificación.

Francia pide clemencia y su presidente solicita al gobierno de Álvaro Uribe que llegue a un acuerdo con la guerrilla para la liberación de esta madre de familia que lleva seis años en cautividad en la selva, en una situación de pésimas condiciones que ha afectado gravemente su salud.

Desde aquí me uno a la federación internacional de comités de Ingrid Betancourt para pedir su liberación y comunico al parlamento europeo mi petición. Espero que sean muchas las firmas que se puedan recoger en este universo mediático, para que al menos podamos elevar nuestra voz.
Ingrid Betancourt no es la única secuestrada por las FARC. Hace poco la permanente insistencia ante los diferentes organismos hizo posible la liberación de Clara Rojas y otros rehenes. Ellos son los testigos del drama de Betancourt y de otros secuestrados.

También hace tiempo que Cristianismo y Justicia reflexionaba sobre este pequeño país en un cuaderno titulado Colombia una democracia genocida. El análisis era revelador. Este país sufre en carne propia el desgarro de una guerra silenciosa, donde los derechos humanos son conculcados diariamente.

Aún así yo le diría a Ingrid Betancourt que resista, que su causa no se olvida, que hay miles de personas intentando colapsar los correos de diferentes Ministerios. Que sus hijos la esperan. Que no pierda la esperanza.

Sé que tiene una Biblia entre sus manos. Que la palabra de Dios le sirva de consuelo y que la Iglesia interceda por ella en estos momentos difíciles que demoran su liberación. Yo lo hago desde aquí y pido oraciones por su causa. Que la Divina Misericordia la acompañe y la conforte.
Carmen Bellver
Del Blog "Diálogo sin fronteras"
El Periodista Digital

No comments: