Saturday, August 30, 2008

Meditando con los santos y beatos del día: S. ROSA DE LIMA



Hoy, 30 de Agosto, la Iglesia celebra el nacimiento para el cielo de SANTA ROSA DE LIMA - Isabel Flores de Oliva - quien muriera santamente el 23 de agosto de 1617 en Lima, Perú. Nacida en 1586 en ésta ciudad, fue terciaria dominica, viviendo en su propia casa. El Papa Clemente X en 1671 le proclamó Santa. Es patrona de Sudamérica, Perú, Filipinas y Las Indias Occidentales. Su fiesta en el Perú se celebra el 30 de agosto. Unidos, pues, a la familia dominicana y a todo el pueblo peruano y latinoamericano, brindemos nuestro vivo aplauso a Santa Rosa de Lima.


Meditación

QUERIDA ROSA: permítenos tener hoy contigo un momento de conversación. Recordar tu vida es ver a la primera flor de Santidad de América Latina. Tus padres, de origen español, te bautizaron con el nombre de Isabel, pero una criada indígena, llamada Mariana, al ver tu belleza te puso el sobrenombre de Rosa. A los once años recibes la confirmación de manos de Santo Toribio de Mogrovejo y a los 20 vistes el hábito terciario dominico. Tus padres querían desposarte con un joven de buena posición, pero, no siendo estos tus planes, te cortas tus largos cabellos. Tu madre, molesta, te castiga severamente. Construyes en el jardín de tu casa una pequeña ermita en la que pasas largas horas dedicadas sólo a Dios. Comías poco y dormías menos. Acompañas tu vida con severas penitencias. Como Santa Caterina de Siena, tu santa modelo, la imitas en el matrimonio místico con Dios, quien te concede especiales dones místicos. Con frecuencia pedías: "Dios, aumenta mis sufrimientos, pero también mi amor". Y Jesús te decía: "Tu eres la esposa de mi corazón, prepárate, que se acercan las bodas". A los 31 años expiras repitiendo "Jesús, quédate conmigo". En el día de tu entierro fue tanta la multitud, que se vieron forzados a enviarte varias veces a la sepultura. Hoy la gente se arremolina alrededor del pozo de Santa Rosa, en el cual, tú arrojaste la llave de un silicio que te sujetaste al cuerpo, para arrojar miles de cartas, pidiéndote toda clase de favores. Santa Rosa de Lima, nunca olvidaremos tu amor y tu entrega
Radio Vaticano

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