Saturday, September 27, 2008

Meditando con los santos y beatos del día: S. VICENTE DE PAUL



Hoy, 27 de septiembre, la Iglesia se viste de fiesta para conmemorar el nacimiento para el cielo de SAN VICENTE DE PAUL, en el aniversario de su santa muerte ocurrida en un día como hoy de 1660 en París, Francia. Oriundo de Pouy, en Francia, en el año 1581, fue sacerdote y fundador de la "Congregación de las Misiones", conocida como "los Lazaristas" o "Vicentinos". Con Luisa de Marillac, es cofundador de la Congregación de las Hermanas de la Caridad. En 1737 el Papa Clemente XII le proclamó Santo. Es patrono de todas las obras de caridad. La reliquia de su corazón se conserva en la catedral de Lyon en Francia y el sarcófago con sus restos en la capilla de la casa madre de los Lazaristas en París. Unidos a los que ponen la caridad como meta de su vida, brindemos nuestro devoto aplauso a San Vicente de Paul.


Meditación

Mis padres eran humildes campesinos. Yo les ayudaba cuidando cerdos, por lo que la gente me llamaba el porquerizo. Fue en este ambiente, que se fue abriendo en mi corazón un ideal: entregarme al servicio de los pobres. Seguí la carrera eclesiástica y cuando tenía 19 años, recibí la ordenación sacerdotal. Recuerdo que en mi corazón había un solo lema: Servir a los pobres para toda mi vida. Vi la necesidad de organizar este servicio para lo que fundé "La confraternidad de la Caridad", con un grupo de hermanas laicas. De aquí, formé otra institución semejante, pero para varones, que se llamó "los servidores de los pobres". Pero poco después, surgió una tercera obra, con sacerdotes de la misión, que llamamos "Congretatio Missionis" ó Lazaristas porque la sede estaba en la Parroquia de San Lázaro en París y tenían la misma meta: la atención a los pobres. Más adelante, Dios puso en mi camino una extraordinaria mujer, Luisa de Marillac, que llevaba en su corazón el mismo fuego que yo sentía en el mío. Con ella fundamos "las hijas de la caridad". La gente me conocía como Monsieur Vincent. Ninguna persona era excluída de nuestra asistencia. Cuanto más daba y me daba, sentía más fuerzas para seguir dando y dándome. A los pobres me entregué y por ellos viví.
Radio Vaticano

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