Thursday, October 30, 2008

Juan XXIII sigue vivo


Cualquiera ocasión es buena para traer a la memoria a Juan XXIII. En el 50º aniversario de su consagración como papa, los judíos recuerdan su plan salvador en el Holocausto. A través de un correo de lectores enviado a la Agencia Judía de Noticias por el titular de la Fundación Raoul Wallenberg en Nueva York, se destaca que “el Papa Bueno”, apodo de Juan XXIII, salvó de las garras nazis a miles de judíos perseguidos a través de la denominada “Operación Bautismo”. Marcos Aguinis analizó su obra.

Más abajo se amplía esta noticia.

Lo importante es que abrió al mundo las ventanas de la Iglesia. El que entonces se consideraba “un papa de transición”, sigue vivo en muchos de nosotros Yo no puedo dejar pasar esta fecha sin dedicarle mi particular homenaje con este soneto

Con tono llano y faz de campesino,
como un abuelo que parte su ternura
en la mesa camilla y se apresura
a devolver humano todo lo divino,

y cual pastor sentado en el camino,
que observa desde lejos la premura
de un pueblo que desea esa hermosura
que es escanciar un vaso de buen vino,

te sentaste en la plaza con la gente
y sin más ceremonia, como hermano,
abriste las ventanas de la mente,

devolviste a los pobres la alegría,
a este mundo la fe del buen cristiano
y a tu Iglesia un sabor a profecía.
Al respecto de la reacción judiía, Natalio Wengrower señaló que antes de ser Papa, Ángelo Roncalli se había desempeñado, entre otros cargos, como Delegado Apostólico en Estambul durante la Segunda Guerra Mundial.
En ese sentido Wengrower destacó que “en esa capacidad fue actor central en el salvataje de miles de judíos húngaros que integraban la última comunidad hebrea intacta hacia finales del conflicto bélico.
”El representante internacional explicó, mediante su carta a AJN, que esta iniciativa del entonces cardenal se denominó “Operación Bautismo” y –explicó- “gracias a estos certificados de haber recibido el sacramento católico, muchos judíos eludieron una muerte segura en los campos de exterminio del nazismo”.
Agregó que según testimonios dados ante los tribunales de Nüremberg, el plan permitió salvar a decenas de miles de judíos. Pero aclaró que “no hubo una conversión forzada” sino que se trató de un recurso extremo para salvar vidas y que quienes ostentaban estos certificados seguirían siendo judíos.
El director de la institución que busca rescatar la figura de aquellos que contribuyeron a salvar a otros durante el Holocausto, señaló que “luego de la gesta salvadora de vidas del diplomático sueco Raoul Wallenberg, la de Ángelo Roncalli (Juan XXIII) quizás haya sido una de las más dramáticas en la historia de la Shoá”.
Cabe destacar que un 28 de octubre de 1958 el cardenal Ángelo Giuseppe Roncalli fue consagrado nuevo Sumo Pontífice con el nombre de Juan XXIII.
Por su parte, en diálogo con esta agencia, el escritor argentino Marcos Agunis, quien lo conoció personalmente en 1961, recordó que Juan XXIII realizó aún antes de coronarse jefe de la Iglesia Católica, una trascendente obra entre la que destaca la operación por la cual logró bautizar a miles de judíos para salvarlos de la muerte segura.
El intelectual opinó finalmente que a Roncalli “se lo admira por lo mucho que realizó como Papa, pero es escasa la información que se ha difundido sobre sus méritos anteriores. En esos trabajos secretos y arriesgados se fogueó su corazón. Atravesó lúgubres corredores que le enseñaron a ser expeditivo y contundente. Conoció a los hermanos separados y conoció de cerca a los judíos perseguidos”.
Pedro Miguel Lamet sj
Del blog "El alegre cansancio"
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