Sobre la generación masacrada en la Primera Guerra mundial, el autor A.E Housman escribió: "Aquí yacemos, porque no escogimos vivir y avergonzar a la tierra que nos vió nacer. La vida, por seguro, no es mucho que perder; pero los jóvenes piensan que sí lo es, y nosotros éramos jóvenes. No sólo a los jóvenes se les hace difícil abandonar esta vida. Aquellos, en los años de vejez, se sujetan tenazmente a la vida, temiendo lo que existe más allá.
La Escritura nos da señales, como en 1 Juan 3:2: "Amados, a pesar de que ya somos hijos de Dios, no se ha manifestado todavía lo que seremos; pero sabemos que cuando Él aparezca en su Gloria, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tan como es."
También San Pablo, en su Primera Carta a los Corintios: "Así también en el momento presente vemos las cosas como en un espejo, confusamente; pero entonces las veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como soy conocido," (1 Corintios, 13:12).
Nos moveremos desde esta nube del no-conocer a un estado de ser conocidos y amados, como muy rara vez experimentamos en esta vida.
Espacio Sagrado
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