El padre Pío fue "capturado por Cristo" para hacer de él "un instrumento elegido del poder perenne de su Cruz: poder de amor para las almas, de perdón y de reconciliación, de paternidad espiritual, de solidaridad efectiva con los que sufren. Así lo ha dicho el Papa esta mañana en la homilía de la celebración presidida en el atrio de la nueva iglesia de san Pío de Pietrelcina, en San Giovanni Rotondo. Ante más de 30 mil fieles, Benedicto XVI ha recordado que el fraile santo del Gargano "conservó sus propios dones naturales y también su temperamento, pero ofreció todo a Dios, quien pudo de esta forma prolongar la obra de Cristo". Porque vivir en Cristo no significa alienación o pérdida de la personalidad, ha explicado el Papa: "Dios no anula nunca al ser humano, sino que lo transforma con su espíritu y le orienta al servicio de su plan de salvación".
Además ha recordado que la verdadera lucha del padre Pío fue contra el espíritu del mal, y cómo se defendió de los asaltos del diablo con la armadura de Dios, el escudo de la fe y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Durante el Ángelus el Pontífice ha confiado a la intercesión de la Virgen y de san Pío el Año Sacerdotal recién inaugurado, para que sea "una ocasión privilegiada para subrayar el valor de la misión y la santidad de los sacerdotes". Antes de la misa el Papa ha rezado ante los restos mortales del padre Pío, expuestos en la cripta del santuario de Santa María de las Gracias desde el 24 de abril de 2008, y ante el relicario que contiene lo que queda del corazón del santo, encontrados tras la reexhumación.
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