Sunday, June 07, 2009

La homilía de Betania: MISTERIO DE AMOR

Por José María Martín OSA

1.- Dios es amor, y amor entre personas. El misterio de la Santísima Trinidad -Un sólo Dios en tres Personas distintas-, es la revelación central de la fe y de la vida cristiana, pues es el misterio de Dios en Sí mismo. Misterio es algo que sólo podemos comprender cuando Dios nos lo revela.


Aunque es un dogma difícil de entender, fue el primero que entendieron los Apóstoles. Después de la Resurrección, comprendieron que Jesús era el Salvador enviado por el Padre. Y, cuando experimentaron la acción del Espíritu Santo dentro de sus corazones en Pentecostés, comprendieron que el único Dios era Padre, Hijo y Espíritu Santo. Comprendieron, sobre todo que Dios es amor entre personas. Nosotros, como dice la Carta a los Romanos, somos hijos de Dios y coherederos con Cristo. Recibimos a raudales el amor de Dios.



2.- Dios se manifiesta en la historia como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Creemos que la Trinidad es Una. No creemos en tres dioses, sino en un sólo Dios en tres Personas distintas. No es que Dios esté dividido en tres, pues cada una de las tres Personas es enteramente Dios. Además, sabemos que cada una de las Personas de la Santísima Trinidad está totalmente contenida en las otras dos, pues hay una comunión perfecta entre ellas. Con todo, las personas de la Santísima Trinidad son distintas entre sí, dada la diversidad de su misión: Dios Hijo-por quien son todas las cosas- es enviado por Dios Padre, es nuestro Salvador. Dios Espíritu Santo-en quien son todas las cosas- es el enviado por el Padre y por el Hijo, es nuestro Santificador. Lo vemos claramente en la historia de la salvación: en la Creación, en la Encarnación y en Pentecostés En la Creación, Dios Padre está como principio de todo lo que existe. En la Encarnación, Dios se encarna, por amor a nosotros, en Jesús, para liberarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna. En Pentecostés, el Padre y el Hijo se hacen presentes en la vida del hombre en la Persona del Espíritu santo, cuya misión es santificarnos, iluminándonos y ayudándonos con sus dones a alcanzar la vida eterna. Ahora, en esta etapa final de la historia, es la hora del Espíritu.



3.- Al hacer la señal de la cruz pronunciamos el nombre de las tres personas de la Trinidad, "En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" Es costumbre repetir frecuentemente estas palabras, principalmente al principio y al fin de nuestras acciones. Cada vez que hacemos la Señal de la Cruz sobre nuestro cuerpo, recordamos el misterio de la Santísima Trinidad.


- En el nombre del Padre: Ponemos la mano sobre la frente, señalando el cerebro que controla todo nuestro cuerpo, recordando en forma simbólica que Dios es la fuente de nuestra vida.

-...y del Hijo: Colocamos la mano en el pecho, donde está el corazón, que simboliza al amor. Recordamos con ello que por amor a los hombres, Jesucristo se encarnó, murió y resucitó para librarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna.

-...Y del Espíritu Santo: Colocamos la mano en el hombre izquierdo y luego en el derecho, recordando que el Espíritu Santo nos ayuda a cargar con el peso de nuestra vida, el que nos ilumina y nos da la energía para vivir de acuerdo a los mandatos de Jesucristo..


Al hacer la señal de la cruz manifestamos que Dios es comunidad de amor y que nos ama personalmente a cada uno de nosotros. Esto es lo que tenemos que anunciar a todos, sabiendo que Dios está con nosotros hasta el final de los tiempos.

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