"Como pastores del pueblo de Dios en Nigeria, nos sentimos particularmente doloridos por los sufrimientos, los traslados forzosos y las matanzas de ciudadanos inocentes en la región del Delta del Níger causada por la operación Cordon and Search puesta en marcha por el Gobierno el 12 de mayo de 2009". De este modo se expresó en una declaración, enviada a la Agencia Fides, Monseñor Felix A. Job, Arzobispo de Ibadan y Presidente de la Conferencia Episcopal de Nigeria, en nombre de la Iglesia Católica en el país africano.La ofensiva militar conducido contra los guerrilleros del MEND (Movimiento para la emancipación del Delta del Níger) ha provocado numerosas víctimas entre los civiles y ha obligado a millares de habitantes del Delta a huir.
Job critica "el bombardeo de las Comunidades Oporoza, Kunukunuma, Kurutie y Okerenkoko", definiéndolo como "injustificado" a la luz del hecho que la operación militar ha causado "la destrucción de viviendas y la evacuación de ciudadanos inocentes, que son ahora presa de enfermedades y del hambre".
Según el presidente de la Conferencia Episcopal nigeriana, la operación militar ha causado la pérdida de muchas vidas humanas, y ha provocado una crisis humanitaria sin precedentes en el Delta del Níger.
“Nos vemos turbados por el hecho de que más de 20.000 personas se han visto atrapadas por los combates y más de 65 civiles han perdido la vida mientras centenares de ciudadanos inocentes han padecido lesiones graves de diversos género solo en Warri sur-occidental."
A la luz de estos dramas, los obispos católicos piden "un alto al fuego total e incondicional de ambas partes. Dirigimos un llamamiento al gobierno federal para que frene inmediatamente los bombardeos aéreos sobre la comunidad del Delta del Níger, para impedir nuevas pérdidas de vidas y bienes de ciudadanos inocentes".
Los Obispos piden además que se garantice el acceso con urgencia a la región a todos los agentes, incluida la Cruz Roja, la agencia nacional de gestión de emergencias, la Comisión justicia, desarrollo y paz de Caritas Nigeria, para atender a los desplazados y heridos.
“Pedimos además que el gobierno federal responda de modo constructivo a las recomendaciones que el comité técnico para el Delta del Níger presentó al presidente en diciembre de 2008. La relación del comité técnico representa el esfuerzo más prometedor para desarrollar una estrategia coherente en el Delta del Níger. El gobierno federal debería aprovechar pues la ocasión para poner punto final al conflicto armado y para programar la fase de desarrollo de la región a largo plazo”, continúan los obispos.
En la declaración se pide además una amnistía general, la puesta en marcha de un programa de desmovilización, el desarme y la reintegración (DDR), la transparencia de las cuentas públicas de modo que los fondos asignados sean utilizados a favor de la región y el inicio de programas de desarrollo del Delta.
Los obispos piden a los grupos armados que actúan en la región que liberen a todos los rehenes, que pongan punto final a la violencia y colaboren en el programa de DDR.
A las compañías petrolíferas que operan en el área les piden que "adopten medidas concretas de desarrollo" a favor de las comunidades locales, que sufren la polución provocada por las actividades de extracción del crudo.
Mundo Negro
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