El santo predilecto del Padre Ángel García Rodríguez (Mieres, 1937) es Juan Bosco, «él decía que hay que dar, porque si no te lo pueden quitar». Le tiene miedo a la muerte, «sufro un cáncer desde hace dos años y le temo más al hospital que a la guerra; está controlado, pero ya no puedo firmar letras a 20 años». Su partido es la Iglesia, «y si no, sería del partido comunista de mi pueblo, de los que iban a la cárcel por defender a los demás; ya no hay nada así». Se ve temperamental.
Lo entrevista Amilibia en La Razón.
-Mañana se celebra la VII Gala de Zarzuela (Auditorio Nacional de Música de Madrid) a beneficio de Mensajeros de la Paz. Se trata de curar a 30 niños heridos o enfermos de Gaza. ¿De eso no debería ocuparse el gobierno israelí?
-Sí. Se dice que «el que la rompe, la paga», pero eso no se lleva mucho en las guerras.
-Ni en la política...
-Ahora está de moda hablar mal de los políticos, pero hay que seguir creyendo en ellos. Hay más buenos que malos. Yo creo en los políticos.
-¿Más que en los arcángeles?
-No es obligación creer en ellos. Creo en Dios y en los hombres.
-Los beneficios de esta gala también servirán para el mantenimiento de la Casa de la Paz, centro de acogida de niños heridos en zonas de conflicto.
-Sí. Ya hemos traído a más de 400 de Irak, Colombia, Guinea... A los de Irak les cuesta volver a su tierra.
-Se inventó la guerra, pero nada para proteger a los niños de ella...
-A veces hasta los utilizan como escudo. Los que usan las bombas son unos mal nacidos. El único pecado es la violencia, lo demás son faltas.
-Los niños son las grandes víctimas...
-Sí. Ellos son los más indefensos. Cuando veo a un niño sin brazos y sin piernas, me arrodillo y digo: «¿Cómo es posible, Dios? No lo entiendo».
-Hablando de niños: ¿partidario del crecimiento demográfico sin control?
-No. Estoy en contra del aborto, pero sólo hay que tener los hijos que se pueden responsablemente. Una madre no puede ser una coneja.
-Se ha hablado mucho de la «píldora del día después»...
-Más que hablar de la píldora del día después, hay que hablar del día de antes. Hay que informar a las jóvenes con claridad antes de que practiquen el sexo.
-¿A veces no se siente como un Robin Hood que quita a los ricos para dárselo a los pobres?
-A veces, sí, pero sin robar, ¿eh? Soy un intercesor de los pobres ante los ricos.
-¿La crisis está haciendo mella en la generosidad?
-No. La crisis está provocando más generosidad.
-Dice que de ésta saldremos más solidarios, menos consumistas. ¿Lo cree?
-Lo creo. Nunca ha habido tanta solidaridad como ahora. Estamos ante un gran cambio y creo que viene un mundo nuevo, mejor.
-Estuvo con el Papa en Tierra Santa. Usted, que es mensajero de la paz, ¿ve solución al conflicto palestino-israelí?
-Se tienen que reconocer los dos Estados y luego esperar una generación o dos a que pasen los odios más acendrados en uno y otro lado.
-No sé si eso está más en las manos de Obama que del Papa...
-El Papa tiene peso moral, pero a veces no le hacemos caso ni los curas. Creo en Obama. Y además tiene poder real.
-¿Siente el desasosiego de no poder atender a todos los que quisiera?
-Muchas veces me siento impotente y me rebelo, y la verdad es que no callo ni ante Dios.
-Lo que pasa es que la mayoría de las veces está reunido...
RD
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