Wednesday, June 24, 2009

Sembrando esperanza


En medio de la calle
Bombay, Nueva Delhi, Calcuta, entre esas tres ciudades suman una población de 41 millones de personas. El país tiene millones de gente pobre olvidada por la modernización y el desafío de una economía cada vez mayor, muchas familias, víctimas de la sequía y hambre, sale de sus aldeas en señal de socorro con la esperanza de encontrar una nueva vida en las ciudades.. En su lugar la ciudad les ofrece un trozo de acera donde establecerse, y junto a ellos, pobreza, alcoholismo, desempleo… Ante ese panorama muchos niños son abandonados en las calles
Se siembran semillas de esperanza.
Gracias al trabajo de los salesianos miles de niños y niñas cuya vida era la calle disponen de un hogar donde dormir, una escuela donde formarse, un patio donde jugar y una familia que no piensa abandonarles.

Según los últimos informes, se estima que sólo en Calcuta hay 100.000 niños vagando por las calles o en las estaciones de tren que han perdido cualquier contacto con sus familias, o bien han sido abandonados por ellos, o debido a los constantes abusos por parte de sus padres han decidido emprender una vida independiente a la temprana edad de 7 años.

La pobreza, el analfabetismo, la muerte o enfermedad de sus padres, la embriaguez continua del padre, una madre dedicada a la prostitución, la violencia, divorcios… son las principales causas que llevan a estos niños a tratar de sobrevivir en las calles, y las que los colocan en el punto de mira de las mafias dedicadas a la explotación laboral de menores. Estos niños son víctimas de la coyuntura socioeconómica del país que, muy a menudo, conduce a la ruptura familiar.

Las niñas, por su lado, deben lidiar primero con la tradición y después con la lacra que significa ser mujer en un país como la India. Casadas a una edad muy temprana o abandonadas en la calle, son rápidamente convertidas en mercancía para la prolífica industria del sexo.

En palabras del padre George, director de la obra salesiana de Ashalayam: “Los niños en Calcuta están en constante lucha para sobrevivir, recoger basura, descargar mercancías, mendigar, robar, barrer trenes, limpiar zapatos, realizar espectáculos callejeros… Siempre expuestos a las múltiples amenazas que les acechan, otros niños más mayores que tratan de aprovecharse de ellos, el rechazo de la sociedad, violaciones, enfermedades, drogas, prostitución…”

Su futuro está en nuestras manos

Ashalayam significa la casa de la esperanza en sanscrito.

La obra de Ashalayam cuenta con 21 casas donde los niños y niñas viven y estudian y 5 albergues para que cientos de niños de la calle puedan pernoctar. Más de 3.000 niños están a salvo de la vida en la calle y las estaciones de tren.

Ashalayam ofrece a esos chicos la posibilidad de labrarse un futuro y ayudar al sostenimiento de la casa en la que viven con sus compañeros. Cursos de artesanía en madera y cuero, sastrería, panadería y pastelería, carpintería, soldadura, electricidad, artes gráficas, cocina, piscicultura, horticultura y jardinería, mecánica, secretaria, turismo, conducción… Educación que les abre las puertas de un futuro lejos de las calles.

“Estos niños no piensan en un futuro, es algo muy triste. Su día comienza en la calle y termina en la misma calle. Únicamente tienen tres preocupaciones, ser libres, tener comida y poder ver alguna película. Es por ello que esos chicos son los principales destinatarios de nuestro trabajo”.

Con su ayuda podremos seguir sembrando semillas de esperanza en medio de las calles de la India, Don Bosco es un sueño para los chicos que corretean tras unas monedas en la India. Permitamos que muchísimos más niños puedan soñar con un futuro que no tenga forma de acera o estación de tren.
¡Ayúdeles hoy mismo!

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