Thursday, June 25, 2009

Una Iglesia con futuro

En la revista Alternativas nº 36 aparece un interesantísimo artículo que han redactado los dominicos holandeses sobre la situación de su país en lo relacionado con los sacramentos, especialmente la eucaristía. El estudio tiene la fuerza de los números con lo que no se le puede tachar de sesgado.


Parten de una realidad: muchas comunidades católicas no pueden celebrar misas por falta de ministros ordenados. Para paliar esta falta las parroquias organizan lo que se llama “celebración de la palabra y comunión”. En éstas, no se celebra la consagración y se reparten forma consagradas en otros actos presididos por un sacerdote.


Las cifras son muy elocuentes. Las misas han descendido entre el año 2002 al 2004 de 2200 a 1900 mientras que las celebraciones de la palabra en ese mismo periodo han aumentadote 550 a 630. Curiosamente este aumento ha sido visto negativamente por Wim Peteers, obispo de Haarlem que ha manifestado su intención de reducirlas, una discrepancia clara entre este pastor y sus fieles. Lo que la iglesia oficial ve como un desafío los laicos activos en muchas comunidades lo consideran una solución a una carencia.


¿Está el régimen eclesiástico impidiendo la construcción de una comunidad cristiana en base a unos planteamientos históricos que han quedado obsoletos? Una visión negativa sobre la sexualidad y una antropología machista están en la base de la obligación del celibato y la no ordenación de mujeres en unas leyes eclesiásticas que se pueden derogar. La escasez de sacerdotes en muchas parroquias ha dejado de ser problema pues han encontrado varones y mujeres en sus filas que les inspiran y animan a seguir al Resucitado ¿cómo en la primitiva Iglesia?


Cuando se les pregunta a las parroquias holandesas cual sería su deseo de Iglesia futura contestan que les agradaría un mayor grado de libertad que suponga una mayor relación entre los de arriba y los de abajo, que las palabras de la consagración también pueda pronunciarlas la comunidad, que ésta pueda proponer sus ministros al obispo… en suma unos aires más demócratas en el gobierno de la Iglesia que permita crear comunidades nuevas, vitales y convencidas…. aunque a veces no tengan por cabeza a un ministro ordenado.


El artículo termina con un pequeño verso que tiene su miga

Dónde quedamos
Si todos dicen dónde quedamos
Pero nadie va a averiguar
Dónde nos quedaríamos si camináramos.



Isabel Gómez Acebo
Cajón de ilusiones
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