Tuesday, October 26, 2010

“No es justo que a quien limpia se le achaque haber ensuciado”



Arantza Arcay, una de las promotoras de la carta de protesta a Munilla por el caso Arregi

“Todos estamos sufriendo en Donostia y temo que pueden seguir las tormentas"


(José Manuel Vidal).- El pasado 1 de octubre, representantes de un grupo de 750 fieles, sacerdotes, laicos y religiosos de la diócesis guipuzcoana entregaba al obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, una carta en la que le pedían "humildad" y le reprochaban que hubiese "permitido" colgar los hábitos al teólogo y profesor franciscano Joxe Arregi. Arantza Arcay fue una de las promotoras de la carta explica cómo se gestó y que buscaban con ella. Con un lenguaje profundamente espiritual y sin ánimo de revancha, dice que "no es justo que a quien limpia se le achaque haber ensuciado", reconoce que la diócesis "sufre" y, aunque dispuesta a tender puentes con el prelado, teme "que puedan seguir las tormentas".
¿Qué objetivos perseguían con la carta de protesta a monseñor Munilla?
Mira José Manuel, esta carta salió del corazón. Nada más. No hubo nada premeditado. Hago Ejercicios espirituales en Arantzazu. El lugar, el ambiente, el silencio absoluto en la Casa de Ejercicios, todo...me ayuda a hacer, una vez al año, un parón o mejor acumular fuerzas, renovar las ganas de seguir adelante.Creo que el objetivo era testimoniar que Joxe no contaminaba, que nos daba esperanza, amor a la iglesia incluso entre tempestades, que nos daba fuerzas o nos invitaba a recoger del espíritu de Jesús, de Dios Padre-Madre, fuerzas para seguir adelante, clarificar nuestra fe y vivir comprometidos/as con Jesús de Nazaret.
750 firmas es un número considerable, dado lo que cuesta significarse en el ámbito eclesiástico.
Lo de las 750 firmas fue una gran sorpresa. Fuimos a la tanda de Ejercicios 62 personas. Estuvimos en la Fiesta de la Virgen, oficiada por monseñor Munilla. Personalmente, sentí que aquella homilía era sencillamente una humillación para la comunidad franciscana y para todos los que intentamos seguir amando a la Iglesia y vivir en ella a pesar de los "vientos", con la seguridad de que Dios es más misericordia, ternura y paz, que condenación, juicio y palo...Compartimos esos sentimientos con nuestros grupos, familias y comunidades y la iniciativa se extendió...Eso fue el milagro de las firmas. A mí me superó. Yo escribí desde el corazón, porque creo que ser Obispo es una maravilla de posibilidad de ser el hermano que ayuda, que acompaña, que acoge, todo...que hace una "orquesta estupenda con todos los instrumentos, sean como sean, pero entre todos hacer un magnífico concierto de vida, compromiso con los más pobres y todo con el Espíritu de Jesús" (idea que le escuché a Iceta).
¿Os recibió el obispo para entregarle la carta y las firmas? ¿Qué os dijo?
La carta la llevaron unos compañeros, porque casi se nos adelanta la prensa...no esperábamos semejante publicidad. Y se la entregaron a una secretaria del obispado.
¿Os indignó especialmente que monseñor Munilla le llamase "agua sucia" al padre Arregui?
No sé si "especialmente", porque también hubo otras cosas, pero no es justo que a quien "limpia" se le achaque el haber ensuciado. Mira José Manuel, a quienes nos gusta el mar, lo descubrimos de diferentes maneras: sumergiéndonos, nadando por encima, haciendo la plancha, a lo mariposa, buceando... Pero lo importante es el mar. Yo creo que Joxe cree y creo-creemos que lo importante es la VIDA-DIOS PADREMADREHERMANOHERMANAESPOSOESPOSAHIJOHIJA=MAR. Y es indiferente que lo descubramos de una manera u otra. ¿Por qué tenemos miedo los que vamos por encima a lo que van descubriendo los que entran hasta el fondo o hasta el medio o hasta donde puedan...? Eso duele. Porque la Iglesia tendría que recoger la experiencia de todos los hijos y decir: ¡Adelante! descubrid, comunicad...Seguro que unos seguíamos en la superficie pero ¡qué gozo acoger lo descubierto en el fondo!
¿Cómo se encuentra, tras el chaparrón eclesiástico y mediático, José Arregui?
Joxe está en una paz y serenidad que anima; aceptando y desde luego sufriendo el desgarro (los que bucean también se desgastan). Pero no le he ni le hemos escuchado un reproche agrio. Ni a la iglesia a la que ama ni al obispo de Donostia. Sólo nos dijo: "Estoy bien de verdad. Otra iglesia es posible. Seguid fieles al evangelio que se os ha anunciado". Ésa fue su crítica mayor, lo que nos dijo cuando, al acabar los ejercicios, le preguntamos cómo estaban las cosas.
¿Rompe la comunión, con estas y otras decisiones, el obispo de San Sebastián?
Cuando se condena a una persona siempre se rompe la común unión, pero en este caso creo que el obispo se ha descomulgado (no se cómo decirlo) a sí mismo. Porque nosotros, Joxe, los franciscanos, no hemos roto, no han roto ni romperán ni romperemos. Este pequeño rebaño o mejor esta parte del rebaño sigue siendo de la diócesis, sigue siendo el rebaño de Jesús. O mejor, parte del rebaño. Como te decía antes, queremos "bucear". No queremos quedarnos con lo de siempre. Sabemos que hay mucho más y mejor. Pero romper ¡no!, aunque tengamos que sufrir. Y esto también nos lo ha enseñado Joxe y todos los que, como él, ayudan a descubrir la inmensidad del amor de Dios y el compromiso que ese descubrimiento conlleva.
¿La ruptura del obispo es sólo con el "escaso rebaño de ovejas díscolas y revoltosas", como os definen en los sectores eclesiásticos integristas madrileños?Si se construye algún "puente" estaremos encantados y gozosos de dar el primero y el paso definitivo y total. Con tal de que sea de veras un "puente", no una trampa.Creo que esta corriente en la iglesia que encarna el obispo se sabe o se cree "elegida" por Dios para conservar la Iglesia como siempre, para hacer de la cruz lo importante. ¿Y dónde está la Resurrección?.
¿Ve alguna posibilidad de tender puentes y acercar posturas con monseñor Munilla?
No importa que ceda nadie. Importa que sigamos creyendo que otra "otra iglesia es posible" y que sigamos adelante en el descubrir a Dios como Padre-Madre, cercano, que nos quiere como somos, que está siempre con nosotros, que nos quiere felices y que está encantado de que le vayamos descubriendo en su profundidad, en su corazón...
¿Durante cuánto tiempo puede aguantar una diócesis esta situación?
Mira José Manuel, esto no me lo preguntas, pero te lo digo. Yo llegué a Arantzazu con mi vida totalmente deshecha, me había fallado todo y todos, me habían arrancado de aquello que amaba y donde me sentía a gusto...Todo era negro y Dios no aparecía...El "ángel" que Dios me envió fue Joxe y con él los franciscanos de la comunidad de Arantzazu, la Amatxo pequeñita en el espino, ahí silenciosa, sin pedirme cuentas, mirándome...Y una luz se encendió poco a poco, muy despacio...¿Cómo va a dar luz el "agua sucia"?...Y te nombro a la comunidad franciscana porque no sólo Joxe sufre. Todos están sufriendo y tienen que callar. Y me temo que pueden seguir las "tormentas".
RD

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