Friday, December 16, 2011

Holanda: de iglesia modelo al escándalo de la pederastia

Después del Concilio Vaticano II, con su catecismo, la iglesia local proponía reformas abiertas y liberales, sin darse cuenta de lo que se estaba tramando en su interior

GIACOMO GALEAZZI
CIUDAD DEL VATICANO


En el escándalo de los sacerdotes pederastas, después del caso de Irlanda, se abre el frente holandés. Se abaten las conclusiones de la Comisión de investigación independiente creada “ad hoc” para esclarecer los episodios de abusos del clero (dirigida por el ex primer ministro Wim Deetman) sobre la Iglesia holandesa, aquella del “Catecismo” que pretendía llevar la modernidad a las habitaciones sacras. En la carta a los católicos de Irlanda, Benedicto XVI indicó que entre las causas de los abusos está el alejarse de la Tradición: «Muy a menudo, las prácticas sacramentales y devocionales que sostienen la fe y la hacen capaz de crecer, como por ejemplo la recuente confesión, la oración cotidiana y los retiros anuales, han sido desatendidas. También fue determinante en este período la tendencia, incluso de sacerdotes y religiosos, de adoptar formas de pensar y de juzgar de las realidades seculares sin suficiente referencia al Evangelio». De hecho, «el programa de renovación propuesto por el Concilio Vaticano II a veces ha sido malinterpretado, y en verdad, a la luz de los profundos cambios sociales que se estaban verificando, era muy difícil valorar la mejor manera para sacarlo adelante. En particular, hubo una tendencia, dictada por una intención recta, pero equivocada, para evitar enfoques legales en relación con situaciones canónicas irregulares. Es en este contexto general que debemos tratar de comprender el desconcertante problema del abuso sexual de los pequeños, que ha contribuido en una medida muy grande al debilitamiento de la fe y a la pérdida del respeto por la Iglesia y por sus enseñanzas».

La actitud post-conciliar de la ultraprogresista Iglesia holandesa confirma el análisis del Pontífice. «Muchas decenas de miles de menores» sufrieron abusos sexuales de eclesiásticos de la Iglesia católica holandesa entre 1945 y 2010: fueron identificados alrededor de 800 presuntos responsables de abusos sexuales.

Además, «muchas decenas de miles de menores estuvieron involucrados, ligera, grave o muy gravemente con comportamientos sexuales más allá de los límites entre 1945 y 2010 en el seno de la iglesia católica holandesa», indicó la comisión en su relación final. «Con base en 1795 denuncias y señalaciones, la Comisión pudo identificar los nombres de 800 autores de abusos sexuales que trabajan o han trabajado para los obispos», añade el informe, precisando que «de estas 800 personas, por lo menos 105 siguen con vida». Los obispos holandeses y los líderes de las órdenes religiosas están «schockeados» por los abusos sexuales del clero en contra de menores que se llevaron a cabo entre 1945 y 2010 en los Países Bajos, y que fueron revelados hoy por la Comisión Deetman; los religiosos expresan su «vergüenza» en un comunicado que difundieron al mismo tiempo en Holanda y la Sala de Prensa del Vaticano. La conferencia episcopal holandesa y la conferencia de los religiosos holandeses expresan, además, «profundo pesar» por el ocultamiento de los casos por parte de las jerarquías eclesiásticas y condenan la cultura del silencio que ha rodeado los abusos, y subrayan que «todavía se puede hacer mucho» para ayudar a las víctimas.

«Condenamos con fuerza cualquier tipo de abuso sexual, porque es diametralmente opuesto a la dignidad de la persona humana y al Evangelio», se lee en la nota. «No hay sitio para tales prácticas en nuestra Iglesia. Sobre esto no puede haber errores. Por ello asumiremos cualquier medida prevista por la ley eclesial y civil cuando haya la mínima sospecha de abuso sexual. Los ministerios públicos serán informados con base en la ley holandesa cuando haya cualquier sospecha de una ofensa perseguible. Nos comprometemos a actuar de esta forma en todos los casos futuros».

«El informe de investigación indica que la Iglesia había una cultura en la que nadie hablaba de sexualidad o de abusos sexuales», se lee en la nota. «Ni los tiempos ni las circunstancias pueden justificar el terrible sufrimiento causado a los niños y a sus familias». En este sentido, los obispos y los religiosos holandeses prometen trabajar «para hacer más fácil que se hable de los abusos sexuales. Se prepararán códigos inequívocos de comportamiento, se dará un peso mayor a los programad preventivos en la preparación al ministerio». El debate sobre las responsabilidades del escándalo es particularmente áspero al interior de la Iglesia de los Países Bajos. Según algunos, todo nació despu’es del Concilio Vaticano II, cuando la Iglesia holandesa presionaba, mucho más que otras iglesias, para reformar abierta y liberalmente su DNA.

El cardenal Bernard Jan Alfrink, arzobispo de Utrecht, fue el que publicó (con el apoyo de diferentes teólogos, como el dominico Edward Schillebeeckx) un nuevo catecismo con grandes aperturas en muchos temas: homosexualidad, aborto, prácticas anticonceptivas, sacerdocio para las mujeres, celibato de los sacerdotes. Para otros, en cambio, estas posturas (que no pueden ser compartidas de ninguna manera) indican a una Iglesia que no elude ciertos problemas y que quiere hablar al respecto.


Hasta hace pocos mesos, el principal intérprete de esta Iglesia abierta al mundo y a su espíritu era Adrianus Herman van Lyun, obispo de Rotterdam. El 18 de enero, el Papa aceptó su renuncia por haber cumplido el límite de edad. Las jerarquías eclesiásticas se comprometen ahora a hacer justicia «por las víctimas, a buscar su respeto y a ayudarles a sanar en la medida de lo posible», pero subrayan que los procedimientos actuales no son suficientes: «Se puede hacer todavía mucho más para ayudar a las víctimas y queremos contribuir personalmente». La nota indica que los abusos son mucho más reprobables porque «los padres creían que estaban dejando a sus hijos en instituciones sanas y con sacerdotes y religiosos honorables».


Además de haber afectado a los niños, se traicionó la confianza de los parientes. Sobre los escándalos que han golpeado a la Iglesia en diferentes países, desde Alemania hasta Irlanda, el Vaticano tomó una posición neta. La Iglesia ha «afrontado el manifestarse del problema oportunamente y con decisión», declaró el portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi. En una nota para la Riadio Vaticana, el portavoz papal también explicó que «concentrar las acusaciones solo en la Iglesia lleva a falsear la perspectiva». De hecho, «las principales instituciones eclesiásticas involucradas en el escándalo han dado pruebas de voluntad y de transparencia, en cierto sentido, han acelerado la manifestación del problama invitando a las víctimas a hablar aunque se tratara de casos de hace mucho tiempo. Actuando de esta manera, «han afrontado las cuestiones con el pie derecho, porque el punto de partida correcto es el reconocimiento de lo que sucedió, y la preocupación por las víctimas y las consecuencias de los actos perpetrados en su contra».


Vatican insider

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