Thursday, July 12, 2012

Benedicto XVI: "La armonía de la música nos enseña la paz"



Concierto de Baremboim para el Papa y el presidente Napolitano en Castelgandolfo


"Para lograr la paz es necesario comprometerse, dejando a un lado la violencia y las armas"



El papa Benedicto XVI afirmó hoy que para alcanzar la paz es necesario comprometerse, "dejando a un lado la violencia y las armas y echando mano al diálogo, con la paciente búsqueda de los acuerdos posibles".
El pontífice hizo estas manifestaciones tras el concierto que le ofreció en su residencia de Castel Gandolfo, a unos 33 kilómetros al sur de Roma, el maestro argentino-israelí Daniel Barenboim, con la West-Eastern Divan Orchestra.
Esta orquesta, con sede en Sevilla(España), está formada por músicos españoles, israelíes y árabes.
Benedicto XVI dijo que su generación, como la de los padres de Barenboim, vivieron "la tragedia" de la Segunda Guerra Mundial y del Holocausto contra los judíos.
"Es muy significativo que usted, maestro, haya querido dar vida a un proyecto como laWest-Eastern Divan Orchestra, un grupo en el que tocan juntos músicos israelíes, palestinos y de otros países árabes, personas de religión hebrea, musulmana y cristiana", agregó el papa.
Señaló que el mensaje que se puede sacar del concierto es que "para lograr la paz es necesario comprometerse, dejando a un lado la violencia y las armas y comprometerse con la conversión personal y comunitaria, con el diálogo y la paciente búsqueda de acuerdos posibles".
La West-Eastern Divan Orchestra (formada por músicos españoles, israelíes, palestinos, sirios, jordanos, egipcios, libaneses, iraníes y turcos) tocó la Sexta Sinfonía (Pastoral) y la Quinta en do menor, ambas de Ludwig van Beethoven.
El papa, un gran amante de la música clásica, dijo que ambas sinfonías expresan dos aspectos de la vida: el drama y la paz, la lucha del ser humano contra el destino adverso y la inmersión tranquilizadora en el ambiente bucólico.
El concierto se celebró en el patio central de la residencia papal de Castel Gandolfo, que se levanta a los pies del lago Albano, en la zona romana de Castelli Romani, donde Benedicto XVI pasa el verano desde el pasado día 3.
Acompañaron a Benedicto XVI el presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano, y su esposa, Clio, que después se quedaron a cenar con el pontífice, así como cardenales y obispos, entre ellos el purpurado Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, y varios centenares de invitados.
Esta es la segunda vez que el papa asiste a un concierto de Barenboim.
La anterior fue el pasado 1 de junio, cuando acudió al Teatro de La Scala de Milán, con motivo del VII Encuentro Mundial de las Familias, que se celebró en esa ciudad  del norte de Italia.
Daniel Barenboim nació en 1942 en Buenos Aires, ostenta la triple nacionalidad argentino-israelí-española y es un defensor de la reconciliación y la paz entre judíos y palestinos.
El 13 de octubre del pasado año, Barenboim fue nombrado director musical del Teatro de La Scala de Milán, puesto que se encontraba vacante desde que se marchó Riccardo Muti en 2005.
Barenboim ya colaboraba con La Scala de Milán desde mayo de 2006, cuando fue nombrado director de orquesta "de referencia", con la condición de dirigir hasta 2011 al menos dos producciones por temporada. (RD/Efe)
Palabras del Papa al final del Concierto:
Señor Presidente,
Venerables Hermanos,
Gentiles Señores y Señores,
hemos vivido un momento de escucha verdaderamente intenso y enriquecedor para nuestro espíritu, y por este motivo damos gracias al Señor. Deseo expresar vivo reconocimiento al Maestro Daniel Barenboim y a todos los músicos de la West-Eastern Divan Orchestra, que durante su gira veraniega han querido gentilmente ofrecerme este concierto, en el día de la fiesta de San Benito. Así me han permitido no sólo gustar en vivo su excelente ejecución, sino además participar más directamente de su itinerario, iniciado hace más o menos trece años precisamente por Ud., Maestro, junto al llorado Señor Edward Said. Saludo cordialmente al Presidente de la República Italiana, Honorable Giorgio Napolitano, al que agradezco por su presencia y por haber alentado esta iniciativa. Y mi «gracias» va dirigido también al Cardenal Ravasi, que ha introducido el concierto con tres bellas y significativas citaciones. Además de las otras Autoridades, extiendo mi saludo a todos ustedes, queridos amigos.
Pueden imaginar cuánto sea feliz de acoger una Orquesta como esta, que ha nacido de la convicción, es más, de la experiencia que la música une a las personas, más allá de toda división; porque la música es armonía de las diferencias, como ocurre cada vez que se inicia un concierto, con el ‘rito' de la afinación. De la multiplicidad de los timbres de los diversos instrumentos, puede surgir una sin-fonía. Pero esto no ocurre ¡mágicamente, ni automáticamente! Se realiza sólo gracias al empeño del Director y de cada músico individualmente. Un empeño paciente, fatigoso, que requiere tiempo y sacrificios, en el esfuerzo de escucharse recíprocamente, evitando protagonismos excesivos y privilegiando el mejor resultado del conjunto.
Mientras expreso estos pensamientos, la mente se dirige a la gran sinfonía de la paz entre los pueblos, que nunca se cumple del todo. Mi generación, como también aquella de los padres del Maestro Barenboim, han vivido la tragedia de la segunda guerra mundial y de la Shoah. Y es muy significativo que Ud., Maestro, luego de haber alcanzado las cimas más altas para un músico, haya querido dar vida a un proyecto como aquel de la West-Eastern Divan Orchestra: un grupo en el que interpretan juntos músicos israelíes, palestinos y de otros Países árabes; personas de religión judía, musulmana y cristiana. Los numerosos reconocimientos con los cuales Ud. y esta Orquesta han sido distinguidos demuestran, al mismo tiempo, la excelencia profesional y el compromiso ético y espiritual. Lo hemos percibido también esta tarde, escuchando las Sinfonías Quinta y Sexta de Ludwig van Beethoven.
También en esta elección, en esta combinación, podemos ver un significado interesante para nosotros. Estas dos celebérrimas Sinfonías expresan dos aspectos de la vida: el drama y la paz, la lucha del hombre contra el destino adverso y la inmersión tranquilizadora en el ambiente bucólico. Beethoven trabajó en estas dos obras, en particular a su conclusión, casi en contemporáneo. Tanto es así que fueron ejecutadas por primera vez juntas - como en esta tarde - en el memorable concierto del 22 de diciembre de 1808, en Viena. El mensaje que hoy quisiera extraer es este: para alcanzar la paz es necesario comprometerse, dejando de lado la violencia y las armas, comprometerse con la conversión personal y comunitaria, con el dialogo, con la búsqueda paciente de los posibles entendimientos.
Agradecemos pues de corazón al Maestro Barenboim y a la West-Eastern Divan Orchestra por habernos dado testimonio de este camino. A cada uno de ellos el augurio y la oración para que continúen sembrando por el mundo la esperanza de la paz a través del lenguaje universal de la música.
¡Gracias y buenas tardes a todos!

Barenboim y su West-Eastern Divan Orchestra regalan un concierto al Papa




12 de julio, 2012. (Romereports.com) (-SÓLO VÍDEO-) Este concierto es uno de los regalos de este verano para el Papa. La orquesta West-Eastern Divan dirigida por Daniel Barenboim interpretó la quinta y la sexta sinfonía de Beethoven en Castel Gandolfo. 

Las West-Eastern Divan es una orquesta formada por jóvenes músicos de Israel, Palestina y otros países árabes que pretende el diálogo intercultural. 

Al concierto también asistió Giorgio Napolitano. Presidente de la República italiana y su mujer, quienes posteriormente cenaron con el Papa. 

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