Sunday, July 22, 2012

Comentario del Evangelio por Javier Leoz: SER PASTOR: DIFÍCIL TAREA




SER PASTOR: DIFÍCIL TAREA

Por Javier Leoz

En una sociedad democrática y pluralista como la nuestra en la mayoría de los países del mundo, asistimos a una de las muchas modas que aparecen en cada período posterior a una crisis de valores morales y/o éticos, o bien a un relativismo moral exacerbado.


1- .En medio de esa realidad nos encontramos, por otro lado, con multitud de hombres y de mujeres que han perdido la paz en el corazón. Que no saben hacia dónde ir, con quien avanzar y en qué lugar descubrir una luz para su vida o una respuesta para sus numerosos interrogantes.

La Iglesia, consciente de su misión evangelizadora, intenta empujar hasta Jesús a todos aquellos heridos por mil circunstancias. A los que, decepcionados de la coyuntura económica, moral relativista, prisas, decepciones, etc., quieren encontrar un sentido a su vida. ¿Lo tiene fácil la Iglesia? ¡No! Sus palabras no siempre son bien acogidas ni, muchas veces, es presentada como aquella “buena pastora” que intenta guiar al Pueblo de Dios con lo mejor que ella posee: el evangelio.

Nunca como hoy (desde el Papa, pasando por los obispos o sacerdotes y terminando por cualquier laico medianamente comprometido con la fe) lo hemos tenido tan arduo para enseñar, acompañar y abrir los ojos del hombre de hoy a la Verdad de Dios:

-Las debilidades y contradicciones de algunos miembros de la Iglesia (una minoría)

-El legado artístico que da una cierta sensación de riqueza o de pomposidad eclesial

-La acusación permanente de que la Iglesia va a remolque de los tiempos

-La constante difamación o maltrato a los sentimientos religiosos

-La contestación de algunos sectores eclesiales o de algunos teólogos


2.- ¿Qué hacer ante esta cruda realidad? ¿Arrugarse? ¿Dulcificar o falsificar el legado de la fe? ¿Intensificar esfuerzos en los supuestos métodos para la Nueva Evangelización?

Son espinosas las respuestas. Todo está escrito y ya nada hay nuevo bajo el sol. Lo que está claro es que hemos de recurrir a la fuente de todo bien. Hasta la persona que clarifica nuestras ideas y nos hace tomar distancias frente a tanta confusión o pensamientos anti-evangélicos: sólo cimentando nuestra fe en Cristo, conociéndolo, escuchándolo y meditándolo podremos encontrar el camino para nuestra realización personal o colectiva.

Es fácil cargar las tintas contra el Papa, un determinado obispo…éste o aquel sacerdote. ¿Y nuestra responsabilidad como cristianos dónde queda? ¿Somos conscientes de que, con nuestras palabras o con nuestros peligrosos silencios, también podemos alejar o dispersar a los que buscan o han encontrado a Dios?


3.- Todos, sacerdotes y no sacerdotes, estamos llamados a transmitir las verdades fundamentales de nuestra fe. Y, esa transmisión, puede quebrarse cuando cada uno de nosotros rompemos el eslabón de esa inmensa cadena de la evangelización:

-Cuando no hablamos de Dios en la familia y ponemos en el centro a los ídolos de turno

-Cuando la Biblia es un objeto de adorno en nuestras casas y otras revistas la lectura preferida

-Cuando no bendecimos la mesa antes de comer y la televisión se convierte en la gran protagonista

-Cuando prima el elemento material u humano en las celebraciones sacramentales (comuniones, bodas…) y olvidamos el aspecto más sagrado

-Cuando no defendemos la labor de la Iglesia frente aquellos que intentar denostarla visceralmente

El Señor, no lo olvidemos, sigue alimentando, animando y acompañando a todo su rebaño. A su Iglesia. A todo aquel que intenta poner alegría, esperanza, valor y coraje a sus palabras y obras.


4.- ¡DIFÍCIL PERO… ADELANTE!

 Proclamando, con voz fuerte y clara,
 que el Señor es el centro de nuestra historia
 que, sin Él, todo desvaría y está llamado al fracaso.
 Anunciando, de palabra y de obra,
 que el Señor es la fuente de nuestra energía
 que no es un ayer que pasó
 que no es un ídolo con túnica y un simple cayado
 Que, el Señor, es mucho más que leyenda

¡DIFÍCIL PERO... ADELANTE!
Enseñando que, un cielo, nos aguarda
 Recordando que, en Dios, somos hermanos
 Gritando que, el perdón, puede más que el odio
 Trabajando para que, la tierra,
 sea una estampa de lo que nos espera en lo eterno.

¡DIFÍCIL PERO…ADELANTE!
 Conscientes de nuestros pecados y miserias
 Convirtiéndonos de caminos y actitudes equivocadas
 Retornando de la dispersión y de la confusión
 Rezando para que, aquello que decimos y obramos,
 sea inspiración divina y no solamente humana

¡DIFÍCIL PERO…ADELANTE!
 Que, Jesús, nos precede en el camino
 nos empuja cuando los vientos del mundo nos detienen
 nos alienta cuando nuestros pies se frenan
 nos levanta cuando nuestros rostros caen
 nos perdona cuando nuestros pecados nos abruman
 Que, Jesús, nos quiere de carne y hueso
 Que, Jesús, es consciente de nuestro barro
 Que, Jesús, sabe que no somos dioses
 Que, Jesús, confía en nuestras débiles manos

 ¡DIFÍCIL PERO…ADELANTE!
 ¡Siempre adelante! En nuestra tarea de ser cristianos
 En nuestro deseo de anunciar el cielo
 En nuestro empeño de que Cristo sea conocido
 En nuestras encrucijadas y desvelos
 ¿Siempre, siempre, adelante!

Betania

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