Sunday, September 30, 2012

Comentario de José Enrique Galarreta SJ. a la 1a y 2a. lectura



NÚMEROS 11, 25-29
En aquellos días, el Señor bajó en la nube, habló con Moisés y, apartando algo del espíritu que poseía, se lo pasó a los setenta ancianos; al posarse sobre ellos el espíritu se pusieron en seguida a profetizar.
Habían quedado en el campamento dos del grupo, llamados Eldad y Medad; aunque estaban en la lista, no habían acudido a la tienda, pero el espíritu se posó sobre ellos y se pusieron a profetizar en el campamento. Un muchacho corrió a contárselo a Moisés:
- Eldad y Medad están profetizando en el campamento.
Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino:
- Moisés, señor mío, prohíbeselo.
Moisés le respondió:
- ¿Estás celoso por mí? ¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor!.
Este libro es de los menos usados en las lecturas de la eucaristía. Solamente dos veces; ésta y la famosa bendición de 6,22 ("El Señor te bendiga y te guarde...") que leemos el 1 de Enero.
La lectura de este episodio ha sido traída aquí por su semejanza con la escena de los discípulos narrada por Marcos.
El texto tiene aspecto fuertemente primitivo por sus modos de expresión. La nube no es un símbolo de la presencia de Dios, sino su vehículo de transporte. El espíritu de Moisés se puede dividir, como una posesión física... Pero el mensaje es claro, y perfectamente semejante al de la perícopa evangélica. Llama la atención incluso que sea Josué, el joven ayudante de Moisés, todo fidelidad al Jefe, aunque poco prudente todavía, el que denuncia a los que profetizan fuera del grupo, mientras que en el evangelio es Juan, tenido por el más joven y entusiasta de los discípulos. Es como si se señalara en ambos textos el celo bien intencionado pero fuera de lugar.

SANTIAGO 5, 1-6
Ahora, vosotros los ricos llorad y lamentaos por las desgracias que os han tocado. Vuestra riqueza está corrompida y vuestros vestidos están apolillados. Vuestro oro y vuestra plata está herrumbrados, y esa herrumbre será un testimonio contra vosotros y devorará vuestra carne como el fuego.
¡Habéis amontonado riqueza precisamente ahora, en el tiempo final!
El jornal defraudado a los obreros que han cosechado vuestros campos está clamando contra vosotros; y los gritos de los segadores han llegado hasta los oídos del Señor de los Ejércitos. Habéis vivido en este mundo con lujo y entregados al placer. Os habéis cebado para el día de la matanza.
Es un magnífico sermón contra las riquezas, especialmente contra las riquezas mal adquiridas. Está claro su contexto: la comunidad espera la parusía, el final de los tiempos; por eso, la acumulación de riqueza es más impropia que nunca. Se presenta el día del Juicio de Dios con la acostumbrada imagen de justicia, en que el Señor dará por fin satisfacción a todos los injuriados en este mundo.
Su relación con los otros textos es, como casi siempre, nula, y es una pena, porque este texto acompañaría muy bien a otros textos evangélicos como el del rico Epulón o las Bienaventuranzas de Lucas.

José Enrique Galarreta

No comments: