Thursday, October 11, 2012

"La Iglesia ha perdido el paso en el acompañamiento de los cambios culturales"



Queiruga en el Congreso Continental de Teología


"A pesar de todo, Dios está dentro de la Iglesia"


Invitado a disertar sobre "Teología y nuevos paradigmas", el profesor Dr. Andrés Torres Queiruga, de la Universidad de Santiago de Compostela, inició su conferencia ayer por la mañana, en el Congreso Continental de Teología, avisando al público que abordaría como tema: la Teología y la Iglesia después del Concilio Vaticano II.
El conferencista dividió su exposición en tres puntos: "la orientación objetiva del Concilio; los grandes temas de la teología postconciliar; y el futuro, las tareas y las esperanzas". Para Queiruga, el Vaticano II tiene una importancia trascendental, cambio de época, que sólo puede percibirse en una perspectiva largo alcance en la historia.
Para muchas personas, el foco del Vaticano II está la Constitución Gaudium et Spes, destacó el ponente. Luego lamentó que la Iglesia haya "perdido paso" en el acompañamiento de los cambios culturales. "Nos damos cuenta que la Iglesia se coloca contra la cultura, demostrando una inercia institucional, la tendencia a ver las cultura desde el poder, una oposición a la modernidad, la democracia y la libertad".
Sin embargo, destacó, no era la Iglesia toda que tomaba esta posición. "Había personas que pensaban diferente. A pesar del enfriamiento del Vaticano II, había personas que trataban de renovar el debate".
Felizmente, continúa "la teología no se resignó, pero tenía que esconderse un poco. En esta situación, nace la teología positiva, como una forma alternativa a la teología oficial, abstracta y escolástica".
Luego, en los años 1950, el Papa Pío XII había frenado esa corriente [de la teología positiva]. "Todo lo que estamos diciendo hoy, en este evento, sería imposible en la época de Pío XII".
En la visión de Queiruga, el Espíritu continúa soplando en la Iglesia y eso es esperanzador.
Y agrega, a pesar de que algunos de los protagonistas del Concilio no pudieron acompañar el proceso posterior, no pudieron ir más allá en sus esfuerzos renovadores. El Vaticano II, "Fue el único concilio que no se propuso definir dogmáticamente nada". El expositor continuó, presentando al público la siguiente pregunta: "¿Habrá sido el Concilio la causa de todos los males de la iglesia actual?".
Para Andrés Torres, la modernidad ha colocado a la teología ante una realidad radical. "Este es un legado que la reflexión teológica no puede ignorar", afirma.
Al abordar las grandes cuestiones del Concilio Vaticano II, Queiruga recordó el problema de mal en la humanidad, así como también el reto de la distribución de los alimentos en el mundo. "El Concilio nos dio la autonomía de las realidades terrenas, que son finitas y nos muestran que el mal es inevitable. Dios podría no haber creado el mundo, pero lo creó y en él aparece el mal. Dios nos convoca a la lucha contra el mal. Él necesita nuestras manos para acabar con el mal. Dios no está en el hambre, ni en la enfermedad; El está en los hambrientos y enfermos. Debemos reflexionar en esto", afirmó.
Fue entonces que el teólogo destacó que la Teología de la Liberación se atrevió a decir: "bienaventurados los pobres". Y argumentó su afirmación: A pesar de todo, Dios está dentro de la Iglesia. No debemos quedar desesperados, sino tener confianza en que unidos tenemos fuerza. El mundo continuará avanzando, porque Dios está con nosotros".
Así expresando esperanza, termino su exposición.
En el tercer día del congreso, las grandes expectativas de las y los participantes en el congreso se cumplieron con las ponencias y las reflexiones de los teólogos: Víctor Codina, Andrés Torres Queiruga, Pablo Richard, Luis Carlos Susin, Eduardo Hoornaert, y la videoconferencia tan esperada de Gustavo Gutiérrez.
Las iglesias en el continente 50 años después del Vaticano II-cuestiones pendientes, fue la conferencia del teólogo Víctor Codina, quien fue preciso, sistemático y propositivo en su planteamiento altamente aplaudido. Codina, presento un esquema importante para analizar la novedad del Vaticano II en América Latina, donde la centralidad está en la eclesiología, la cual ha sido releído desde abajo, desde los pobres. Codina, resaltó aspectos de la eclesiología como núcleos simbólicos.

En esta gran ponencia el teólogo Víctor Codina, recordó de manara enfática la creatividad y relectura con la que AL fue receptora del Vaticano II. Primeramente mencionó esta recepción, no como simple obediencia, sino desde un aporte y un juicio crítico. Exaltó a las iglesias locales como sujetos activos, las cuales impiden esta recepción desde un esquema piramidal, jerárquico y patriarcal, sino desde un desarrollo novedoso, es decir, las relecturas desde abajo, desde los pobres, desde el reverso de la historia, y también desde el martirio. Sin esta recepción no se hubiera recibido a Medellín y Aparecida, enfatizó en su ponencia.

El Dr. Codina, menciono también la importancia de Gaudium et spes, como documento con mejor recepción por su invitación a responder a los signos de los tiempos, signos de la presencia del Espíritu Santo. Con el Vaticano II se da pie a que los obispos en Medellín descubran el grito de los pobres, donde todo lo que tiene que ver con Cristo tiene que ver con los pobres, acentuó el teólogo.

La participación de Codina, concluyo entre otros planteamientos con las respuestas a las preguntas del público entre estas: ¿Qué pensaría de un Vaticano III? Respondió: Sería mejor un Jerusalén II con todas las iglesias cristiana.

En un homenaje a Comblin, la mesa de ponentes resaltó la vida y especialmente los grandes aportes teológicos hechos por Comblin a la iglesia liberadora y a la reflexión teológica.

Para terminar el día la video-conferencia de Gustavo Gutiérrez aporto una gran reflexión sobre el proceso y la recepción de Vaticano II, pero lo que más gustó a la asamblea fue la sencillez y disponibilidad con que abordó el tema.
RD

1 comment:

Cristianismo Laico said...

En el AÑO DE LA FE. Se trata de reflexionar sobre la actualidad y fortaleza de los cimientos de fe, haciendo un juicio justo para redescubrir que tan actuales son los contenidos de la fe: celebrada, vivida y rezada. La fe es buena, si lo que creemos es cierto; pero si es mentira, nuestra fe es una quimera que convierte a los creyentes en ilusos que no aceptan la realidad, porque la realidad los hiere al no concordar con su propia fantasía. La acentuada judaización del cristianismo promovida por el Concilio Vaticano II, tiene como propósito convertir la Iglesia en una escuela bíblica noeajida, tendente a educar a las bestias humanas (goyins) para que dócilmente sirvan a Israel, a fin de llegar a ser la principal de las naciones. Apostasía que destruirá la Iglesia y el cristianismo. HTTP://ES.SCRIBD.COM/DOC/73946749/JAQUE-MATE-A-LA-DOCTRINA-JUDAIZANTE-DE-LA-IGLESIA