Friday, March 29, 2013

Monseñor Infanti: "Francisco, un pontífice para una iglesia con fuerza laical"



"Aliéntanos a abrir caminos para ser profetas de un mundo nuevo"


"Hacia una primavera de vida, como misioneros 

de resurrección y gozosa esperanza"



(Luis Infanti, vicario apostólico de Aysen).-Iglesia, ¿qué dices de ti misma? Nos pregunta la gente hoy, frente a tantos hechos ingratos y cuestionadores, pecados (y hasta delitos).
¿Qué credibilidad y validez tienes, iglesia, en nuestra cultura y sociedad? La misma pregunta nos la hace Jesús. Desde cada iglesia local, pasando por cada país y continente, y hasta el Vaticano, deberíamos dar una respuesta. No será una respuesta única.
Lo importante es que sea sincera, real, desde la fe y la humildad, desde la mirada de Jesús y su proyecto del Reino de Dios.
La providencial elección del nuevo obispo de Roma, el siervo de los siervos de Dios, el padre de los pobres, papa FRANCISCO (Jorge Mario), es un signo más de Dios para esbozar una respuesta confiada, esperanzadora, al estilo de Jesús, que más que detenerse a juzgar el pasado, nos mira con la confianza para emprender nuestro futuro, hacia una primavera de vida, como misioneros de resurrección y gozosa esperanza: "Vete, y en adelante nos peques más", "hoy ha llegado la salvación a esta casa"; "Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos"; "hoy estarás conmigo en el paraíso..."
El papa Francisco, inspirado en San Francisco de Asís, en su mismo nombre proyecta una misión para limpiar la suciedad del rostro de nuestra iglesia actual. Inspirarse en San Francisco de Asís es querer asumir el Evangelio como Palabra de Dios, proyecto de vida, abriendo iniciativas de santidad.
Francisco de Asís  se unió a otros compañeros para leer el Evangelio de Jesús, para reconstruir la capilla de San Damián, para vivir como las comunidades cristianas originarias.
¿Cómo lo hizo?   Despojándose de las riquezas de su familia (que no eran pocas), asumiendo la austeridad y la pobreza como estilo de vida, compartiendo la fe, la vida y los bienes que lograban tener con su trabajo. Sentían que todo era un regalo de Dios, y por ello tenían relaciones de comunión y de paz con todas las creaturas, como las tenían con Dios, considerando el agua, la tierra, las flores, los animales, la muerte, el sol y la luna,... como HERMANOS, como si fueran órganos integrantes y vitales del ser humano. El amor por cada creatura de Dios los llevaba a cuidarlas, respetarlas, amarlas y ayudarlas a crecer hacia su plenitud.
Todo esto, Francisco y sus compañeros lo hicieron desde la marginalidad de la iglesia y de la sociedad, sin pretender ser "maestros" de nadie, sin creerse "superiores" a los demás, sin pretender "conquistar" a otros, sin buscar "juzgar" al débil.
Eran un grupo cada vez más numeroso, de varones, LAICOS. Esta vida tan estusiasmante, desde la humildad, fue atractiva y convincente también para muchas mujeres (con Clara de Asís) para crear comunidades de mujeres, LAICAS TAMBIÉN. 
Estos ejemplos de vida renovaron la deteriorada iglesia medieval, cuestionaron los poderes de la iglesia y de la sociedad, hicieron brotar nuevas iniciativas de santidad y de fidelidad a Cristo y su Evangelio.
El nuevo papa Francisco, como obispo de Roma, hermano mayor en la fe, ciertamente buscará ayudarnos a tomar conciencia de lo esencial que es el Evangelio para recorrer el camino de Jesús, para asumir la austeridad como estilo de vida, para ser una iglesia de los pobres, como lo quiso el Concilio Vaticano II y profundizado por la iglesia latinoamericana, para celebrar el matrimonio de comunión, de justicia y de paz con toda creatura y entre pueblos, razas, religiones y culturas.
Nos ayudará a tomar conciencia que desde el Evangelio tendremos que ver el rostro ensangrentado de Cristo en el rostro sufriente del marginado de hoy. ¡Y cuántos son!
Pero, conscientes que los más vergonzosos y dolorosos escándalos de la iglesia actual (pedofilia, luchas de poder, riqueza,...) son cometidos prevalentemente por varones y consagrados, quizás el papa Francisco quiera ayudarnos a tomar conciencia de fortalecer las responsabilidades y el testimonio de la mujer y sobre todo de los laicos (San Francisco de Asís con su vida laical revolucionó la fe de los poderosos y ensalzó a los humildes, y al parecer, fue ordenado diácono solo hacia el final de su vida) en la animación de la fe y en el servicio como misioneros del Evangelio.
Francisco de Asís, joven, fue cautivado por Jesús. ¿Cuántos jóvenes, hoy hastiados por el consumismo y por los ídolos con pies de barro, podrán ser cautivados por Jesús, gracias también al testimonio humilde, gozoso, convincente de los profetas de hoy?
Papa Francisco, necesitamos nos alientes a abrir caminos para ser profetas de un mundo nuevo, en que podamos tocar con mano los signos del Reino de Dios en esta primavera de la historia, para aliviar los sufrimientos y las torturas de la miseria, de la injusticia, de la violencia, de la extrema riqueza, del poder opresor, de la manipulación de las conciencias y del consumismo depredador.
+ LUIS INFANTI DE LA MORA, osm.
Vicario Apostólico de Aysén

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