Sunday, March 24, 2013

Ricardo Corleto: “Bergoglio es una persona de vida coherente, honrada, honesta”



El agustino recoleto argentino quiere un Papa “abierto al diálogo con el mundo”


“Yo creo que hay que ser muy grande para 

reconocer que uno ya está pequeño”


(José Manuel Vidal).- El hermano Ricardo Corleto es Agustino Recoleto, párroco, argentino, profesor de Historia Medieval y Contemporánea de la Iglesia en la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina. Está de paso en Roma y ha coincidido con el cónclave. La entrevista se realizó antes de la elección papal, pero aún así Corleto veía a Bergoglio como candidato: "Es una persona de una vida coherente, honrada, honesta", apuntaba. "Es ponderado y respetado".
Denuncia la burocratización de las parroquias: "Me atrevería a decir que un sacerdote funcionario es más un funcionario que un sacerdote", dice, y aclara que la defensa de la corresponsabilidad en las iglesias "no se debe a la falta de clero, sino a que realmente el laicado tiene un papel fundamental en la Iglesia".
Ante la falta de vocaciones, defiende que la vida religiosa debe hacer una oferta radical y contundente: "Nadie abandona el matrimonio u otras formas de vida en pareja, una profesión y un trabajo, por una vida mediocre"; y señala la importancia de tener claras las razones de la castidad: "Si algún religioso se hace casto por miedo al matrimonio o a la mujer, no necesita un psiquiatra, sino muchos".
Por último, admira la renuncia de Benedicto XVI, afirmando que "hay que ser muy grande para reconocer que uno ya está pequeño".

¿Le pilló el cónclave aquí por sorpresa?
Sí, prácticamente. Vine para un congreso del Foro Internacional de Acción Católica (FIAC), que estaba programado antes de que el Papa presentase su dimisión.
¿Cómo percibe la situación en Roma?
Por lo que veo, hay mucha inquietud por saber quién va a ser el sucesor del Papa Benedicto XVI. Creo que aquí hay un juego de azar, que ahora lo llaman "Toto Papa", porque todo el mundo está especulando a ver si va a ser un italiano, un canadiense...
O un argentino
Bueno, sí, están sonando bastante dos cardenales: Sandri y Bergoglio.
En algunos periódicos se está identificando al cardenal Bergoglio como el nuevo Papa Roncalli, ¿podría ser? ¿Si fuera elegido, cree que se caracterizaría por un pontificado corto y fuerte?
Corto no sé, porque es bastante resistente, por lo que tengo entendido, a pesar de que ha tenido problemas de salud. Pero sí que es uno de los candidatos que tiene quienes lo sostengan.
En el anterior cónclave obtuvo muchos votos ¿Es, a su parecer, un hombre ponderado, austero, intelectualmente válido...?
Yo no tengo un contacto cotidiano con el cardenal, porque hace poco tiempo que estoy viviendo en la arquidiócesis de Buenos Aires. Ahora, sí puedo afirmar que es un hombre sumamente inteligente, y eso se nota en su capacidad de adaptarse a distintos auditorios y a distintas personas. Es capaz de hablar con gente absolutamente cultivada, y del mismo modo es capaz de emplear un lenguaje totalmente llano y sencillo. Con la gente más humilde tiene mucha "llegada", como decimos nosotros en Argentina, mucha capacidad de comunicación, de conexión. También es un hombre ponderado. Por supuesto, no todo el mundo está siempre de acuerdo con todo, pero por lo que yo he podido ver, la voz del cardenal es muy respetada, muy oída. También creo que es una persona de una vida coherente, honrada, honesta. El sólo hecho de que no le hayan sacado nada a relucir en Argentina, en estos momentos, ya es mucho. Porque buscarlo, se lo han buscado. Se lo buscan a todo el mundo. Así que creo que es ponderado y respetado.
Dicen que uno de lo puede encontrar muchas veces en al autobús o en el metro, como cualquier ciudadano
Muchas veces no, siempre. De día siempre. Sé de alguna vez que le han visto en coche porque alguien se ofreció a llevarlo. Él habitualmente toma el transporte público.
¿Da gusto tener un cardenal así?
Realmente sí.
¿Cuál sería su papa soñado, cómo se lo imagina?
Yo me imagino un papa que esté abierto al diálogo con el mundo actual. A mi modo de ver tendría también que ser fiel a la tradición de la Iglesia, pero saber transmitir en un lenguaje que no resulte complicado, que la gente pueda comprender. La Buena Noticia en el fondo es una noticia alegre, y el Papa debería ser sencillo, austero. En ese sentido, creo que mi papa soñado podría identificarse con el papa Juan XXIII, un papa cariñoso y cercano.
¿Un papa con austeridad de fraile?
Bueno, no sé si los frailes somos más austeros que los no frailes. Pero, de alguna manera, sí, eso sería. Y el cardenal lo es, eso a mí me consta. Yo lo he visto salir de la catedral y cruzar caminando la Plaza de Mayo, con su ponchito al hombro y su traje clerical, simplemente. No es amigo de mucho protocolo. De hecho, cuando por ejemplo llama a una parroquia, no se hace preceder por otro. Él mismo llama y dice "habla el padre Jorge". Nada de "arzobispo primado de la República". Eso no le gusta nada.
¿Es el momento de un papa latinoamericano?
Ha de ser el que Dios quiera. A veces he pensado en el tema de un papa latinoamericano y pienso que sería lindo, pero por otra parte no sé si sigue haciendo falta, en Europa (sobre todo en los países del norte o de Europa central), un papa que pueda hablar a los europeos con un lenguaje muy cercano a ellos. Creo que en América Latina todavía la fe se preserva un poco más, y por eso mi opinión es que hace falta alguien que sea convincente en Europa, donde la secularización es más fuerte.
¿O sea que piensa que Europa todavía tiene posibilidad de "conversión"?
Por supuesto. No hay nadie, ninguna persona en particular, que esté lejos de Dios, y mucho menos Dios lejos de ella. Así que todos podemos adoptar la fe.
¿Qué tendríamos que hacer en Europa, para recobrar esa fe? ¿El problema radica en que identificamos la fe con prohibiciones y tristeza, en vez de con un sentido positivo para la vida?
Yo diría que lo que debemos hacer es dejarnos tocar por Jesús. En Argentina también hay mucho secularismo, y a veces algunos de los "planes pastorales" (que no son los de la arquidiócesis) ponen, como yo digo, la carreta por delante de los bueyes. Es decir, que procuran proponer al pueblo de Dios una serie de leyes, códigos morales, etc., sin haber preparado antes un encuentro con Jesús, vivo, amigo, cercano. Si la persona tiene un encuentro cercano con Dios, lo demás viene solo. Uno reza, uno se entrega, uno hace un montón de cosas. Es como cuando alguien de hace amigo de alguien: no le hace falta buscar en la agenda un espacio para encontrarse con él.
¿Se necesitan sacerdotes y religiosos que sepan contagiar la fe, en vez de dedicarse a administrar los sacramentos en sus parroquias como si fueran funcionarios? ¿La Nueva Evangelización no significa salir a la calle a mezclarse con la gente?
Sí. Ciertamente hay elementos burocráticos en la vida de una parroquia, pero eso debe ser mínimo. Desde mi experiencia eclesial, el episcopado en general nos insiste en que pongamos la menor cantidad posible de obstáculos a la gente, por ejemplo, para acercarse a los sacramentos. Casi me atrevería a decir que un sacerdote funcionario, es más un funcionario que un sacerdote.
¿No podrían delegar esas tareas, por ejemplo, en los laicos?
Claro. Eso hoy en día se impone. No es que tengamos que pedir la corresponsabilidad por una cuestión de falta de clero, sino porque realmente el laicado tiene un papel fundamental en la Iglesia. Son la mayoría de la Iglesia Católica. Entonces, no se trata de que esto lo manejemos los curas, sino de que entre todos tenemos que evangelizar. La Iglesia está llamada a evangelizar, y eso lo hacemos todos: laicos, religiosos, religiosas... Si no, somos una mano muerta.
¿Qué le sugiere la renuncia de Benedicto XVI? ¿Qué lección nos quiere dar?
Lo que yo le dije en mi homilía a la gente en Buenos Aires el día de la renuncia del Papa fue que el Papa Juan Pablo II aguantó hasta el final, y que esto fue un acto heroico que lo convirtió en santo; Benedicto renuncia porque siente que sus fuerzas han declinado, yéste es un acto prudente, lo cual lo convierte en un hombre sabio. Yo creo que es bueno ser santo y sabio.
El Papa Benedicto fue un colaborador muy estrecho del Papa Juan Pablo. Y yo creo que el Papa emérito (esto es una hipótesis que tengo) habrá pensado que, si algo parecido le sucediera a él, no lo iba a llevar así. De hecho, en la entrevista que le hizo Seewald, le preguntaba por una posible renuncia cuando aún estábamos lejos de pensar en esto, y le contestó precisamente que, si viera que sus fuerzas decaían de tal modo que dificultaran la guía y el pastoreo de la Iglesia, podría, e incluso debería renunciar. Y yo creo que hay que ser muy grande para reconocer que uno ya está pequeño. Hay que ser muy fuerte para reconocer que uno ya es débil. Mientras, hoy en día, la gente se agarra al sillón del poder y no lo suelta por nada.
¿Ese mensaje podría aplicarse hacia el interior de la Iglesia también?
Por supuesto.
¿Cree que el caso Vatileaks, los cuervos, etc., ha podido influir?
No, creo que no. Pienso que muchas de las filtraciones del Vatileaks terminaron favoreciendo a la Iglesia más de lo que la perjudicaron, porque lo que se veía eran acciones de la Iglesia en favor de la gente (que no tenían por qué trascender, pero que trascendieron), y no creo que la hayan derribado.
¿La Iglesia argentina goza de buena salud?
Bueno, el secularismo también ha avanzado mucho allí. Pero creo que, con sus dificultades, va marchando. Y creo que va marchando porque los obispos, en estos últimos años, han sabido estar muy a tono con las necesidades del pueblo. Y eso ha impulsado a los sacerdotes, a los religiosos, a las religiosas y a los laicos a tratar de estarlo también. No sé si es una percepción o un deseo, pero creo que estamos en un proceso de recuperación, de credibilidad. De hecho, más allá de que mucha gente tal vez no va a misa, cuando se hacen encuestas populares sobre qué instituciones gozan de mayor credibilidad entre el pueblo argentino, son siempre dos: los periodistas y la Iglesia. Mientras los políticos ocupan un puesto bastante relegado.
¿Las vocaciones remontan?
Bueno, ha habido años de florecimiento vocacional, pero en los últimos años ha habido una caída. Ahora yo creo que hay diócesis e institutos religiosos que tienen más vocaciones, y otros que tienen un poco menos. Yo creo que la oferta para un joven es tan grande, que la oferta que nosotros le tenemos que hacer como consagrados, tiene que ser bien contundente. Nadie abandona el matrimonio u otras formas de vida en pareja, una profesión y un trabajo, por una vida mediocre. Tenemos que hacer una oferta radical a los jóvenes.
¿Cómo está la relación de la Iglesia con la presidenta Kirchner?
Es bastante traumática, en mi opinión. Hay obispos que son más cercanos al Gobierno, pero en general la postura es de respeto y de absoluta claridad. Un ejemplo es el cardenal. Bergoglio no se calla nunca nada, lo dice de muy buenas formas, pero todo el mundo entiende lo que le está queriendo decir.
¿Y eso el pueblo se lo agradece?
Por lo menos, el pueblo que no es kirchnerista.
¿Qué presencia tienen los Agustinos Recoletos en Argentina?
Tenemos una presencia relativamente significativa. En Argentina estamos desde 1925, y durante muchos años nos hemos sostenido con misioneros y religiosos venidos de España. Entonces, la formación ha tenido sus más y sus menos. En este momento, argentinos en formación hay dos en el postulantado y siete profesos. Un total de 9, para una comunidad que tiene 7 comunidades, no está mal. Uno desearía tener doscientos, pero se tiene lo que se tiene.
¿A qué se dedican en Argentina?
Fundamentalmente a la atención pastoral en parroquias, y colegios.
Algunos ponen en duda que vaya a haber siempre lugar para la vida religiosa. ¿Cree que tenderá a desaparecer, por ejemplo, en favor de los nuevos movimientos?
Yo creo que hay lugar para la vida religiosa, sobre todo si la vida religiosa se renueva. Debe renovarse, pero esto no quiere decir ponerse a tirar bombas ni a destruir nada. El Papa Benedicto hablaba de la continuidad. Además, pienso que tendrá futuro y tendrá lugar porque el estilo de vida que pretenden abrazar los religiosos no es ni más ni menos que el estilo de vida histórico que realizó Jesús y que realizó María. Nosotros no nos hacemos castos por miedo al matrimonio o a la mujer (si alguno hace voto de castidad por eso, no necesita un psiquiatra, sino un simposio de psiquiatras). Eso sería tristísimo, lamentable. Lo que tiene que haber es un enamoramiento de la figura de Jesús hasta tal punto que uno diga "históricamente, yo quiero vivir como Él". Llevar una vida sencilla, entregada, y que la gente, al terminar mi existencia en esta tierra, pueda decir "pasó haciendo el bien". Como se dijo de Jesús. Lo que la gente tiene que ver es que no nos casamos, no porque no amamos a nadie, sino porque amamos tanto quenecesitamos estar libres de una persona concreta, para poder amar a todos.
¿Cree que esa oferta evangélica puede llegar a la gente joven?
Bueno, es que una oferta radical hay que animarse a abrazarla, y a algunos el mundo les tienta mucho. También creo que hoy en día la cultura no favorece que los jóvenes se entreguen. Eso se ve también en el campo de la política, por ejemplo: veo un vacío de ideales en muchos jóvenes, que a mí me preocupa. Yo recuerdo que a los 17 años ciertas cosas me hacían vibrar. Pero hoy, hacer vibrar a un joven se vuelve complicado. En Argentina les hace vibrar el alcohol mezclado con estimulantes, el fútbol... pero otras cosas no mucho. Hay que sacudir a los jóvenes y hacerles ver la belleza de los ideales, de arriesgarse por algo. Se equivocarán, seguro, pero es propio del ser humano equivocarse. Más vale equivocarse haciendo algo que equivocarse sin haber hecho nunca nada.
¿Cree que los cardenales acuden a este cónclave con algún tipo de presión?
Diría que no. No estoy en la mente de los padres cardenales, pero pienso que la situación actual no se compara con la de otros tiempos, en los que los cónclaves duraron meses.No creo que haya grandes luchas. Tendencias siempre las ha habido, y es normal, porque no somos todos iguales, no pensamos todos de la misma manera.
¿Cree que los dos modelos de Iglesia (una más progresista, otra más conservadora), están hoy en día más centrados?
Me da cierta impresión de que sí. Cuando tanto el Papa Juan Pablo como el Papa Benedicto se acercaron a gentes de otras religiones, los sectores ultraconservadores los criticaron al máximo. A otros, que están en una postura excesivamente avanzada, ciertas enseñanzas del Magisterio o ciertos principios que se mantienen, les parecen formas de aferrarse a lo retrógrado. Pero entonces, cuando los de un lado nos critican y los del otro también, creo que eso indica que vamos por un camino equilibrado.
¿Al final esta institución es capaz de digerirlo todo, y salir adelante?
Si después de 2 mil años ha podido, teniéndonos a todos nosotros adentro, puede con todo.

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-Hay que sacudir a los jóvenes y hacerles ver la belleza de los ideales, de arriesgarse por algo

RD 

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