Thursday, April 25, 2013

“¿El Papa Francisco un populista? Nunca”



Entrevista con la colaboradora del arzobispado de Buenos Aires, Virginia Bonnard. Bergoglio “es un hombre de doctrina, pero también tiene muy marcada su dimensión de diálogo”

ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZCIUDAD DEL VATICANO
Jorge Mario Bergoglio nunca fue un populista, sus gestos de cercanía a los fieles deben ser interpretados correctamente. El Papa Francisco es en realidad un fino pensador, y aunque se esfuerza en ser comprendido por todos, su pensamiento es más profundo de lo que parece. De eso está convencida Virginia Bonnard, periodista que colaboró durante años con el arzobispo de Buenos Aires en el área de prensa. En entrevista con el Vatican Insider explica la personalidad y el mensaje del pontífice argentino.


¿Cuál es el rasgo más característico de Bergoglio que permanece en Francisco?

Todo lo que manifiesta en su contacto con la gente, en sus homilías, en sus conversaciones, tiene que ver con el otro considerado especialmente, cada uno es un interlocutor válido para él porque considera que Jesús nos mira a todos como individuos. Ese es un rasgo que lo ha definido como pastor de Buenos Aires y ahora en el gobierno de la Iglesia universal.


Por sus gestos austeros algunos lo acusan de demagogo, ¿es un populista?

Definitivamente no porque no ve una masa, observa a un conjunto de individualidades. Él no trata con un montón de sujetos, se dirige a seres humanos, almas y corazones. Hay que comprender y ubicar en su discurso la palabra “periferia”, él busca comprender a las personas hasta los bordes mismos de su vida personal, grupal y de comunidad. Populista nunca, incluso muchas veces sus palabras han entrado en contradicción con medidas de distintos gobiernos considerados justamente populistas y él siempre se ha manifestado por la libertad del ser humano.


Una cosa es ser arzobispo o cardenal y una muy distinta es ser Papa. ¿Se ha moderado o se moderará?

Creo que va a haber un mutuo acomodamiento entre la persona del Papa, la comunidad de los romanos que son sus primeros pastoreados y también con el resto del mundo, su territorio de ejercicio pastoral. Hablar de moderación suena lastimoso, él tiene una vida intensa, plena de gestos que no es necesario moderar. Quizás va entrar en un diálogo entre él y la gente de modo que sus gestos de cercanía se comprendan. Para algunos su humildad puede resultar demasiado simple, hasta chocante, pero es el modo de Francisco que ya desde el nombre se define como es y en la perspectiva de su pontificado.


Un discurso tan sencillo, capaz de llegar a todos, ¿no carece de profundidad?

Él sabe que lo está escuchando el mundo y por eso se ha esforzado en que su discurso se comprenda en todas partes. Tengo un deseo por escuchar que resuene su voz en ámbitos académicos, con los científicos, en espacios no religiosos, en el “Atrio de los gentiles”, quiero saber cómo va a entrar en ese diálogo. Él es un hombre muy formado, tiene una profundidad de pensamiento, es un gran intelectual y es un fino gustador de la literatura, especialmente los clásicos. En los veranos en Argentina se quedaba sólo en la Curia leyendo, disfrutando de su tiempo libre estudiando, rezando y esto se va a trasladar a Roma. Las ponencias de Bergoglio siempre fueron magistrales, en escenarios jurídicos o humanistas, la profundidad de sus conceptos siempre marcó un norte.


Una objeción en su contra lo acusa de promover una Iglesia “renunciataria” cuando en Argentina decidió no oponerse con vehemencia al “matrimonio homosexual”. ¿Es cierto?

Él es un hombre de doctrina y está totalmente de acuerdo con las decisiones de la Iglesia, pero también tiene muy marcada su dimensión de diálogo. Gran parte de la Iglesia argentina buscaba no chocar y más bien dialogar con esos otros en diversos planos, ya sea a nivel legislativo como con las organizaciones que llevaban adelante estas propuestas, para conocerse mutuamente y comprender los signos de los tiempos. No creo que se le puede catalogar como alguien que está en contra o a favor, él escucha al mundo y va a continuar así.


Bergoglio ha tenido una vida marcada por las críticas. ¿Dónde están sus críticos, del pasado y del presente?

Habría que preguntarle a ellos en qué basaron sus críticas y escucharles. Porque él justamente escucha a los que están de acuerdo, a los que no, es un hombre manso y de oración, de enorme fe. Ahora los críticos deberán ver qué los motivó, si sus causas continúan y si querrán profundizar sus señalamientos o retirarse a las periferias para vivir desde una observación atenta, hasta necesaria, un pontificado que se estaba esperando desde hace mucho tiempo en la historia de la Iglesia.

Vatican Insider

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