Wednesday, October 30, 2013

Sangría vocacional: más de 3.000 religiosos y religiosas abandonan cada año la vida consagrada


Rodríguez Carballo denuncia la alarmante crisis de las vocaciones religiosas

La Santa Sede apunta a una cultura del "zapping" que no ayuda a "asumir compromisos a largo plazo"

(J. B./Agencias).- El dato no puede ser más alarmante. Y tumbativo. "Más de 3.000 religiosos y religiosas abandonan cada año la vida consagrada". Así lo afirmó el secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, José Rodríguez Carballo, que este mediodía abrió el congreso "Fidelidad y perseverancia vocacional en una cultura de lo provisional" en el Antonianum de Roma. Una auténtica sangría vocacional.

En un artículo que publica esta tarde L'Osservatore Romano, bajo el título "¿Crisis de las vocaciones religiosas? Es culpa del zapping", Carballo aporta toda una panoplia de cifras cuando menos preocupantes: en los últimos cinco años, el dicasterio romano ha dado 11.805 dispensas, entre indultos, decretos de renuncia o secularizaciones.

En el mismo período, la Congregación para el Clero ha dado 1.188 dispensas de las obligaciones sacerdotales y 130 de las obligaciones del diaconado. Todos son religiosos, por lo que, al año, representan un promedio de 376,6. Sumando estos datos con los antes citados, surge que en 5 años han abandonado la vida religiosa 13.123 religiosos o religiosas, es decir 2.624,6 cada año.
Además de las renuncias y dispensas, hay que sumar los casos de sanciones o condenas, de los que se ocupa la Congregación para la Doctrina de la Fe. En total, más de 3.000. "Sería ingenuo no tener en cuenta los números".


En su artículo, Carballo analiza las causas de la crisis. "Es necesario -explica- hacer una radiografía, aunque breve y limitada, de la sociedad de la que provienen nuestros jóvenes, los jóvenes que se dirigen a nosotros, así como de las fraternidades que los acogen". El franciscano afirma que "vivimos un tiempo que podemos definir como el tiempo del 'zapping' de pasar de un canal al otro, sin control, sin detenerse en ninguno de ellos".

"Simbólicamente -añade el arzobispo gallego-, 'zapping' significa no asumir compromisos a largo plazo, pasar de un experimento a otro, sin hacer ninguna experiencia que marque la vida. En un mundo en el que todo es fácil, no hay lugar para el sacrificio ni para la renuncia u otros valores semejantes. En cambio, estos están presentes en la elección vocacional que exige, por lo tanto, ir en contra de la corriente, como la vocación a la vida consagrada".

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