El hermano brasileño José Nery está desde enero de 2012 en Chile. Es provincial auxiliar de los Hermanos La Salle y participa activamente en la comisión de educación de Conferre. “Esta instancia –dijo– está formada por representantes de distintas congregaciones y tiene como finalidad ayudar a la vida consagrada que mantiene una misión educativa a no solo estar al tanto de los avances de la educación, si no sobre todo atenta a la fidelidad a la tradición de la Iglesia en cuanto a educación evangelizadora”, indicó.
En la actualidad la comisión está en actitud vigilante al momento político de un año electoral. “Los candidatos tienen sus tesis sobre educación”, apunta el hermano José. Y por eso convocaron recientemente a un segundo encuentro de educación de este año 2013.
Hermano José, ¿qué le preocupa a la comisión?
Dos temas fundamentales: primero la cuestión de la ley a través de la cual las escuelas o colegios se transforman en una fundación. ¿Qué implicaciones tiene ser una fundación para nosotros? Lo segundo, saber cómo está el momento político en Chile, por dónde va Chile, sobre todo en el mundo de la educación.
Esta comisión está elaborando unas propuestas de sobre educación ¿en qué consisten?
Es una misión dada a nosotros por la asamblea de provinciales. Consiste en producir un mensaje a los candidatos presidenciales para decirles lo que deseamos para la educación de Chile. Tiene una introducción, luego se indican los puntos principales que los candidatos proponen como tesis para la educación en sus gobiernos y, tercero, exponemos nuestra postura por la libertad de enseñanza, la libertad religiosa y la opción por los más pobres.
¿Qué se busca con esta iniciativa?
Estamos buscando un diálogo con los candidatos. Sobre todo con el nuevo gobierno para ubicarnos como Iglesia. La Federación de Instituciones de Educación, FIDE, ya hizo un documento, los obispos, también. Nosotros queremos hacerlo desde los religiosos y religiosas, porque tenemos una historia. La educación para nosotros es un medio fundamental de evangelización, porque por el proceso de desarrollo humano, psicológico, social, religioso del educando hay una apertura trascendente. Entonces, le presentamos el proyecto del Dios amor, de un reino de Dios que es justicia, fraternidad y solidaridad, el mundo de paz. Nuestras escuelas tienen un proyecto educativo basado en el evangelio y todas ellas, con este único fundamento, tienen características específicas según sus fundadores.
Hermano José, ¿qué mirada tiene sobre la educación hoy en Chile?
Primero yo soy extranjero. Mi primera actitud es aprender, escuchar, conocer Chile. Su cultura, su política, su moneda, sus leyes, su educación y la vida consagrada, para saber por dónde el país está caminando.
¿Y qué ha visto? Usted puede comparar del sistema educacional brasileño con el chileno…
En mi país hay libertad de educación. No se crea jamás desde el gobierno una lucha contra la escuela particular, aún menos confesional. Estamos con un gobierno de izquierda que no se hace problema, porque Brasil es un gigante. Si Chile cuida de sus escuelas públicas ya sería un avance para el próximo gobierno, pero que continúe dejando la libertad de enseñanza y la libertad de culto. No es un país confesional por más que tengamos una cantidad enorme de cristianos católicos y no católicos, lo mismo en Brasil. Lo importante ahora es una sociedad plural, una sociedad secularizada; cada vez es más difícil la preferencia a Dios, pero hay que respetar a los que creen en Dios y los que quieren trabajar para que vivamos tranquilamente en paz nuestra fe. El sueño nuestro no es reducir la religión al hogar o a algo individual. No. Queremos espacios públicos para también manifestar nuestra fe. Este es un poco el sueño que tengo como extranjero.
¿Qué le llama la atención en particular en el sistema chileno de educación?
Una cosa: Chile es más desarrollado que Brasil. Tiene cada año más de cinco puntos porcentuales de crecimiento. Comparativamente está mejor, pero el abismo entre ricos y pobres es inmenso. Y segundo, por más que se ha divulgado que la educación es Chile es buena, no es buena. Es vergonzoso que Chile tenga una escuela pública con la calidad que tiene, y que en Chile tengamos colegios del Estado, de los municipios, que sean selectivos, para los mejores. O sea, es crear separación.
¿Qué más observa?
Lo otro es que hay una psicosis por entrar a la universidad. No todos quieren universidad; hay que crear otras instancias, ya hay institutos profesionales, pero hay que crear mucho más.
La enseñanza media tiene, también, que entrar un poco en diversidad.
Además, es lamentable que Chile limite sus exámenes nacionales a lenguaje y matemática. El universo educativo no se reduce solo a estas dos asignaturas, aunque sean fundamentales para las restantes. Los colegios corren riesgo de confinarse; de hacer un entrenamiento a los alumnos para tener un buen puntaje nacional. Y esto no solo es injusto, porque hay estudiantes que no lo lograrán nunca, o que tendrán más dificultad que otros. El que se llegue a ranking o clasificación de personas por su puntaje no es bueno.
En cuanto a lo que ha conocido de los programas de los candidatos ¿ve que se esté apuntando en una buena dirección en cuanto a educación?
Solo veré si apuntan bien si ellos consultan al pueblo. El pueblo es quien va a decir qué educación quiere y eso hay que respetarlo. Somos una democracia. Creo que Chile no es una democracia representativa que represente al pueblo. Debería ser una democracia participativa en que el pueblo tenga voz y decisión.
Conferre
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