Monday, November 17, 2014

Las grandes ausentes del sínodo, las familias neocatecumenales por Sandro Magister


Ninguna de ellas ha sido admitida a hablar. Y, sin embargo, son las más comprometidas en poner en práctica el modelo de matrimonio católico. Un documento reservado del vértice del Camino, como comentario al sínodo

de Sandro Magister


ROMA, 13 de noviembre de 2014 – En el intervalo entre los dos sínodos convocados por el Papa Francisco sobre el tema de la familia todos se han apresurado a tomar la palabra.

Por lo tanto, también quienes en el primero de los dos sínodos, de octubre pasado, no pudieron hablar en el aula porque no fueron invitados.

En especial, ha causado sensación la forzada ausencia del sínodo del instituto pontificio que tenía más puntos para participar en él:

> Pontificio Istituto Giovanni Paolo II per Studi su Matrimonio e Famiglia

Se ha notado menos, en cambio, la falta de invitación a exponentes de otras realidades católicas, algunas de ellas fuertemente comprometidas en traducir a la vida concreta la visión cristiana de la familia.

Una de estas realidades es el Camino neocatecumenal, fundado en España en los años sesenta por los laicos Francisco "Kiko" Argüello y Carmen Hernández y actualmente presente con sus comunidades en casi todos los países del mundo, con numerosos sacerdotes formados en un centenar de seminarios, con el apoyo de muchos centenares de obispos y compuesto sobre todo por familias, la gran mayoría de las cuales con un elevado número de hijos y a menudo dispuestas a ir a misión a las regiones más perdidas, y a veces hostiles, del globo.

El Camino neocatecumenal ha estado muchas veces en las crónicas por las críticas y los conflictos intraeclesiales provocados por sus liturgias, muy particulares, desde los bautismos a las misas celebradas con un ritual "creativo", que se separa en varios puntos del ordinario de la Iglesia latina:

> Esa extraña misa que el papa no quiere (11.4.2012)

Pero en realidad, lo que más distingue al Camino de otros movimientos eclesiales, y del conjunto de los fieles, es la centralidad que tiene en él la familia, teorizada y vivida en perfecta obediencia con el magisterio de la Iglesia de siempre, pero en particular de los últimos Papas, incluida esa encíclica "Humanae vitae", ignorada y desobedecida por la mayoría de los católicos con la complicidad general del clero, pero no por los neocatecumenales, visto el gran número de hijos que suelen tener.

No sorprende, por lo tanto, que el Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia haya otorgado en 2009 a Kiko, fundador del Camino,  el título de doctor "honoris causa" precisamente por su compromiso en apoyo del matrimonio cristiano.

Sin embargo, poco o nada se sabe en público sobre cómo los líderes del Camino "educan" a las familias que forman parte de sus comunidades.

Y nada se había filtrado hasta ahora sobre lo que ellos piensan respecto a las cuestiones debatidas en el sínodo.

De hecho, es una praxis constante del Camino proteger de la observación externa lo que se dice y se hace dentro de sus comunidades.

Lo que sigue a continuación, por ejemplo, no es un documento público. Es el extracto de una catequesis de uso interno, impartida por don Mario Pezzi – el sacerdote que, con Kiko y Carmen, forma parte del trío que está al vértice del Camino –, en una de las periódicas "convivencias" formativas para los cuadros del movimiento, realizada en Porto San Giorgio el pasado 25-28 de septiembre, pocos días antes del inicio del sínodo.

El texto íntegro de la catequesis de don Pezzi – tanto en versión escrita como oral, esta última con intervenciones improvisadas de Kiko -  está incluido en el detalladísimo resumen de la "convivencia", de uso interno. Pero basta esta síntesis para captar la importancia de la misma.

Los fautores de innovaciones en materia de matrimonio católico no podrán ignorar fácilmente esta poderosa voz contraria.

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EL PAPA FRANCISCO Y EL SÍNODO SOBRE LA FAMILIA

de Mario Pezzi



El famoso y criticado informe del cardenal Kasper tiene cinco puntos y sólo uno trata de la comunión a las personas que se han vuelto a casar; los otros tratan todos de la doctrina tradicional de la Iglesia. El Papa dijo una vez: estoy sorprendido porque la prensa habla sólo de un punto y no habla de los otros. Por esto les invito a no prestar atención a lo que dicen los periódicos y la televisión, porque todos presionan para que el Papa tenga una apertura al mundo. No den crédito. Muchas veces el padre Lombardi ha tenido que replicar sobre palabras del Papa que han sido malinterpretadas e instrumentalizadas.

En esta catequesis no afrontaremos los temas más candentes; los dejamos a los padres sinodales y al Papa. Hablaremos de la ideología de género, de la familia cristiana a la luz de la revelación divina y, por último, de la "Humanae vitae" de Pablo VI, que fue muy contestada y rechazada, pero que el Papa Francisco ha querido relanzar.


LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO


El Papa Benedicto XVI, con  ocasión de la felicitación por la Navidad a la curia romana, en 2012, pronunció un discurso histórico, afirmando que hoy nos encontramos frente a un cambio de época, similar al que aconteció en el tiempo de la caída del imperio romano y de la invasión de los pueblos bárbaros. Se están rompiendo los fundamentos de la sociedad, de la civilización católica.

También el Papa Juan Pablo II dijo en Fátima, en 1982: “Lo que en el pasado era considerado pecado, hoy ha adquirido derecho de ciudadanía”.

En la historia ha habido muchos ataques a la familia cristiana. El último y virulento asalto está representado por la denominada ideología de género.

Poderosos lobbies están imponiendo dicha ideología como una dictadura. Entre las raíces filosóficas que han generado este monstruo que está amenazando a nuestras familias, sobre todo en las escuelas, está el marxismo.

En Marx, la tesis que la esencia del hombre es la de poder crearse a sí mismo está vinculada a la superación de los géneros sexuales y a la destrucción de la familia.

El debate sobre el género se trasladó después, sobre todo, a los Estados Unidos, donde la idea de que los sexos son dos ha sido completamente superada. De dos géneros se ha pasado a cinco: hombre, mujer, homosexual, lesbiana y transgénero. Pero coherentemente con el planteamiento antinaturalista, puesto que el hombre puede crearse a sí mismo, se ha llegado a 17 géneros. Hay incluso quien hoy cuenta hasta 51; y suma y sigue.

La teoría del género revela además su origen gnóstico. Para la gnosis el enemigo no es el sexo en sí mismo, sino el sexo en cuanto procreación, porque hacer nacer a niños significa contribuir a la obra creativa del dios malvado.

Se ha descubierto que el feminismo radical está íntimamente vinculado al culto satánico. Cuando se le ha preguntado al Papa Francisco sobre estas agresiones, ha dicho: son fruto del demonio y de su deseo de destrucción.

El mito de la superación de los géneros se encuentra también en las formulaciones gnósticas de la masonería que, en los grados más altos de iniciación, tiene a la adoración del demonio representado con rasgos andróginos.

La teoría del género implica una completa redefinición antropológica de la esencia humana. El intento del hombre de ocupar el lugar de Dios.

Tiene sus orígenes históricos en la planificación antinatalista iniciada a partir de los años Sesenta, con la propaganda sobre los anticonceptivos y el aborto y la campaña de utilización de la píldora RU 486.

Cuando la conferencia episcopal de los Estados Unidos adoptó la fórmula "family planning", que quiere decir planificación familiar, el Vaticano intervino para que la cambiase. Porque es engañosa. El cristiano no planifica.

¿Qué dice la Iglesia de esta ideología de género? El Papa Benedicto XVI ha dicho, citando al gran rabino de Francia, Gilles Bernheim:

"El hombre niega su propia naturaleza. La manipulación de la naturaleza, que hoy deploramos por lo que se refiere al medio ambiente, se convierte aquí en la opción de fondo del hombre respecto a sí mismo. En la actualidad, existe sólo el hombre en abstracto, que después elije para sí mismo, autónomamente, una u otra cosa como naturaleza suya. Se niega a hombres y mujeres su exigencia creacional de ser formas de la persona humana que se integran mutuamente. Ahora bien, si no existe la dualidad de hombre y mujer como dato de la creación, entonces tampoco existe la familia como realidad preestablecida por la creación. Pero, en este caso, también la prole ha perdido el puesto que hasta ahora le correspondía y la particular dignidad que le es propia. Bernheim muestra cómo ésta, de sujeto jurídico de por sí, se convierte ahora necesariamente en objeto, al cual se tiene derecho y que se puede adquirir. Allí donde la libertad de hacer se convierte en libertad de hacerse por uno mismo, se llega necesariamente a negar al Creador mismo y, con ello, también el hombre. En la lucha por la familia está en juego el hombre mismo".


LA FAMILIA A LA LUZ DE LA REVELACIÓN DIVINA


La exhortación apostólica "Familiaris consortio", escrita por el Papa Juan Pablo II al finalizar el Sínodo sobre la Familia de 1980, sigue siendo actual. Como también lo es esa bellísima exhortación apostólica "Sacramentum caritatis" del Papa Benedicto XVI, que dice: "La eucaristía corrobora de manera inagotable la unidad y el amor indisolubles de cada Matrimonio cristiano".

Por esto el matrimonio es indisoluble. El Papa Francisco ha dicho claramente que él no va a cambiar la doctrina de la Iglesia como dicen o como quieren que diga, porque lo que Dios ha unido el hombre no puede separarlo. La Iglesia no tiene el poder de hacerlo. El vínculo conyugal está intrínsecamente relacionado con la unidad eucarística entre Cristo esposo y la Iglesia esposa, un amor que tiene su punto culminante en la Cruz, expresión de sus "esponsales" con la humanidad y, al mismo tiempo, origen y centro de la eucaristía.

No existe amor sin la cruz. Por consiguiente, "hacer el amor", como dicen los jóvenes, es una pura falsedad. No se trata de amor, sino de concupiscencia, de atracción, etc. Por esto la Iglesia pide no tener relaciones antes del matrimonio, porque se llega a un determinado punto en el que ya no se es libre. Me acuerdo de uno de nosotros que al inicio del camino nos vino a decir que había decidido dejar a su chica. Les dijo a Kiko y a Carmen que ella había amenazado con matarse y había intentado el suicidio ya tres veces. Les preguntó: ¿qué tengo que hacer? Kiko y Carmen le respondieron: dile que se puede suicidar como quiera, Dios proveerá. La dejó, ella no se suicidó y hoy él está felizmente casado. El chantaje es fácil.


ACTUALIDAD DE LA "HUMANAE VITAE"


Gracias a Dios el Papa Francisco ha incluido la "Humanae vitae" en el cuestionario presinodal y ha preguntado qué piensa la gente de ella. El resultado ha sido que muchos no la conocen porque los sacerdotes no les han hablado de ella; y entre los que la conocen, muchos la rechazan. Los únicos que la aprecian son los que hacen un camino de fe, de iniciación cristiana. Este es el problema, en mi opinión, de este sínodo: casi nadie habla de la necesidad de la iniciación cristiana. Sólo hablan de estar cerca de las parejas, de ayudarlas, de formar educadores...

El 25 de  julio de 1968 Pablo VI, beatificado al final del sínodo, publicó la encíclica "Humanae vitae" tras haberse comprometido a ello con los padres conciliares.

Cito de un libro sobre ese Papa publicado hace poco, muy bien documentado, preparado por el Instituto Pablo VI con sede en Brescia para la causa de beatificación:

"¡Cuánto lodo vertieron sobre esa encíclica y sobre Pablo IV los que querían imponer la propia visión del mundo progresista-nihilista! Un año antes ya se había buscado, y  creado, un clima de tensión cuando en abril de 1967 se había publicado uno de los documentos de la pontificia comisión que Juan XXIII había instituido en marzo de 1963 y que Pablo VI había ampliado para que, junto a teólogos, redactores del texto, hubiera voces de demógrafos, de sociólogos, de economistas, de médicos y de algunos matrimonios.

"Ese documento, por su naturaleza reservado, salió contemporáneamente en Le Monde en Francia, The Tablet en Gran Bretaña y el National Catholic Reporter en los Estados Unidos de América. Se notaba la hábil dirección de una única mano que quería presentar el documento como el informe de la mayoría, sosteniendo que sólo cuatro de los setenta miembros de la comisión habían criticado el texto, algo que en cambio se reveló falso".

Habiendo creado esta expectativa – como la están creando de nuevo ahora diciendo que el Papa Francisco admitirá la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar – todos esperaban que Pablo VI aprobase los anticonceptivos, la píldora, para disminuir la población. Así, cuando el Papa dijo la última palabra, que cada acto conyugal es unitivo y procreador, abierto a la vida, fue un escándalo general, no sólo en el mundo laico:

"No fue menor la incomprensión de muchos católicos, entre otros del cardenal Suenens y de varios teólogos famosos. A ellos se añadieron, con palabras desconcertantes por su dureza y hostilidad, ochenta y siete teólogos de la Catholic University de Washington, las conferencias episcopales austriaca y canadiense, como también algunos miles de católicos alemanes".

"Lo que asombra es el eco que dieron los medios de comunicación a esas voces que disentían, respecto a las muchísimas adhesiones que se recibieron de toda la Iglesia mundial y que fueron, si no calladas, no siempre correctamente referidas por los órganos de prensa más importantes. Pablo VI no se dejó arrastrar por la polémica ni se dejó vencer por el desaliento y, a partir de la audiencia inmediatamente sucesiva a la publicación de la encíclica, el 31 de  julio, se dedicó a explicarla claramente y confirmó que la 'Humanae vitae' no custodiaba una declaración negativa, sino que quería ser 'la presentación positiva de la moralidad conyugal respecto a su misión de amor y fecundidad, a la luz de una visión total del hombre, de su vocación terrena y eterna'".

El Papa Juan Pablo II dedicó a la "Humanae vitae" las últimas quince catequesis de todo su ciclo sobre la teología del cuerpo, en 1984.

En lo que respecta al Papa Francisco, sabéis que hace unos domingos celebró el matrimonio de veinticuatro parejas. He estado muy atento escuchando la fórmula que ha utilizado. Porque en el ritual del matrimonio existe la primera fórmula, que es la utilizada por el Papa, pero hay otras que no son tan explícitas. Sería interesante saber cuál usan los sacerdotes. La primera fórmula dice:

"¿Estáis dispuestos a acoger con amor los hijos que Dios querrá daros y a educarlos según la ley de Cristo y de su Iglesia?"

"Los hijos que Dios querrá daros": no sé si esto lo dicen todos los sacerdotes.

[KIKO: Todo esto está bien cuando hay gente cristiana, pero cuando la gente no es cristiana no hacen ni caso de todo esto. Gracias a Dios vosotros nos habéis escuchado a nosotros, catequistas, cuando os decíamos lo que dice la Iglesia y habéis sido humildes y no habéis opuesto a nuestras catequesis las ideas de los periódicos. Carmen dijo una vez al Papa, hace años: ¿qué significa esta obsesión en favor de los métodos naturales? Parece que la Iglesia esté pensando únicamente en cómo limitar el número de hijos. Porque al final se pensaba esto, que la familia católica tenía que tener dos hijos, ni uno más. Algunos, también dentro de la Iglesia, siguen teniendo esta idea. Nosotros les decíamos a los de Acción Católica: y después, ¿qué hacéis? ¿Después de haber tenido dos hijos, como continuáis el acto conyugal? ¿Con la interrupción del coito? ¿Usáis métodos naturales? ¿La píldora? Por todas partes se ha predicado que la paternidad responsable significa limitar los nacimientos, por lo que se dejaba a la conciencia de los esposos el número de hijos. Esto se ha predicado por todas partes. ¿Pero el Papa ha dicho esto? ¡No! La paternidad responsable significa aceptar no limitar el número de hijos, significa aceptar el plan de Dios. Pero nadie ha repetido estas cosas dichas por el Papa. Gracias a Dios vosotros habéis sido salvados porque nos habéis obedecido a nosotros. Habéis seguido creyendo que el acto conyugal es un acto de santidad, de verdadero sacramento. Nos alegra ver que también nuestros hijos y nietos nos siguen en esto, tienen hijos y son felices].


LOS PORQUÉS DEL DOCTORADO "HONORIS CAUSA" A KIKO


Para terminar cito el doctorado "honoris causa" concedido a Kiko Argüello por el Pontificio Instituto Juan Pablo II para los Estudios sobre el Matrimonio y la Familia.

En la "Laudatio academica", el profesor José Noriega ha expuesto los tres motivos por los que el instituto ha querido dar este reconocimiento, podemos decir, al Camino neocatecumenal:

1. "El redescubrimiento de la fecundidad del bautismo para la vida de la pareja ha tenido uno de sus frutos más significativos en el redescubrimiento de la santidad del acto conyugal entre los esposos. Viéndolo como uno de los lugares donde Dios actúa, las parejas del Camino han querido vivir su amor con una apertura especial a la vida, sabiendo que son colaboradores de Dios en la generación de personas".

2. "En un momento de crisis y de desorientación por parte de muchos, la acogida sin reservas de la encíclica profética de Pablo VI 'Humanae vitae' por parte de las familias del Camino ha sido un auténtico testimonio para toda la Iglesia, mostrando que más allá de nuestros miedos o dificultades es posible vivir según cuanto la Iglesia señala como específico del camino de santidad de la pareja".

3. "Las familias del Camino neocatecumenal han entendido pronto, y adoptado, una forma de liturgia doméstica. De este modo, la gran misión de transmitir la fe a los hijos ha encontrado el ámbito propio del testimonio de los padres. Además, en el contexto de una espantosa secularización de 'amplias zonas de la tierra, donde la fe está en peligro de apagarse como una llama que ya es alimentada', el Camino ha sabido 'hacer presente a Dios de manera singular': hablo del gran testimonio de las familias en misión".

Estas son las tres razones por las que nos han dado el doctorado "honoris causa": la santidad del acto conyugal, la apertura a la vida siguiendo la "Humanae vitae", la transmisión de la fe a la siguiente generación y las familias en misión.

A lo largo del Camino neocatecumenal, en las catequesis, os hemos dicho que la familia tiene, por así decirlo, tres altares: la santa eucaristía, el tálamo nupcial y la mesa familiar donde se transmite la fe a los hijos.

Es bueno subrayar que esta "Laudatio" se refiere a todas las Familias de las comunidades neocatecumenales, y no sólo a las familias en misión.

En lo que respecta a estas últimas, desde hace más de treinta años están dando la vida, a menudo en situaciones heroicas, para testimoniar el amor de Dios a través de su presencia y su apostolado, en el que a menudo los hijos son los primeros misioneros que atraen a los alejados de la Iglesia.

En los últimos años el Señor ha suscitado entre nosotros la misión "ad gentes": núcleos familiares con muchos hijos, acompañados y sostenidos por un presbítero, un socio y algunas hermanas, que constituyen un punto de atracción en zonas totalmente paganas o descristianizadas. Una nueva forma de evangelización para el mundo de hoy, secularizado y pagano.
El acto de entrega del doctorado "honoris causa" a Kiko, con la "laudario" del vicepresidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para los Estudios sobre el Matrimonio y la Familia y la "lectio magistralis" del premiado:

> Il Pontificio Istituto...


Traducción en español de Helena Faccia Serrano, Alcalá de Henares, España.

Chiesa

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