Tuesday, March 24, 2015

El mundo recuerda, con dolor y esperanza, el 35 aniversario del martirio de monseñor Romero


Fue el pastor de un pueblo oprimido y humillado, hoy es reconocido como santo de la Iglesia


El 24 de marzo de 1980 un disparo acabó con la vida de San Romero de América


El mundo recuerda hoy con dolor, pero también con esperanza, el 35 aniversario del asesinato cobarde y despiadado del futuro beato Óscar Arnulfo Romero y Galdámezmientras oficiaba una eucaristía en la capilla del hospital de La Divina Providencia en la colonia Miramonte de San Salvador.
El 24 de marzo de 1980, un francotirador disparó al corazón de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, momentos antes de la consagración, durante su acostumbrada homilía. El disparo mortal cegó la vida de quien fuera un defensor comprometido de las luchas por los derechos de los desprotegidos, los campesinos, los obreros y los más necesitados.
El Padre Romero fue el pastor de un pueblo oprimido y humillado, ejerció su ministerio sacerdotal como Arzobispo en San Salvador, en medio de la convulsión y la violencia de la guerra civil en El Salvador. Su voz se alzó en defensa de las víctimas y en contra de la represión a la sociedad civil, denunció abiertamente asesinatos y demás violaciones a los derechos humanos. Estas acciones le valieron la animadversión de los escuadrones de la muerte. Consciente de su rol el arzobispo sabía que podía morir.
Ofreció su vida al servicio de las reformas sociales, su frase célebre hoy decora murales y franelas en todo el mundo: "Si me matan resucitaré en el pueblo salvadoreño" . Es un icono latinoamericano de los derechos humanos, nominado al premio Nobel de la Paz en 1979, la iglesia católica lo reconoció como siervo de Dios, en Latinoamérica se le conoce como "San Romero de las Américas".
Un día antes de su muerte, hizo un enérgico llamamiento al ejército salvadoreño:
Yo quisiera hacer un llamamiento, de manera especial, a los hombres del ejército. Y en concreto a las bases de la Guardia Nacional, de la policía, de los cuarteles... Hermanos, son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus mismos hermanos campesinos. Y ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice: "No matar". Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la Ley de Dios. Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo de que recuperen su conciencia, y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado. La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre. En nombre de Dios y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: Cese la represión.


El arzobispo de San Salvador será beatificado el 23 de mayo en una ceremonia en la plaza Salvador del Mundo de San Salvador, que promete ser multitudinaria.
Esta conmemoración de su muerte, por tanto, es muy diferente. Tras estar el proceso estancado por años, el papa Francisco lo reconoció como mártir de la Iglesia católica el pasado 3 de febrero.
"Asistimos a un aniversario más de su muerte, pero ahora sumamente felices porque pronto monseñor Romero será beato; los salvadoreños nos regocijamos porque queremos que su gran figura sea un lazo que nos una como nación", dijo a la AFP el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez.
El cardenal panameño José Luis Lacunza oficiará el martes una misa con los obispos del país, en la catedral de San Salvador, donde este domingo concluyó una jornada de vigilia tras una procesión el sábado de más de 5.000 personas.
Como en cada aniversario, los feligreses colmarán de flores multicolor la cripta de la catedral, donde reposan los restos de Romero.
"No voy a faltar, le voy a llevar sus florcitas a mi pastor, le voy a rezar. Ahora él está a la par de nuestro creador porque es un santo", dijo Altagracia Reyes de Martínez, de 72 años, una anciana risueña que muy seguido lleva claveles blancos a la tumba.
En escuelas y colegios católicos de la capital se preparan actos en su honor y colectas de fondos para ayudar a la Iglesia salvadoreña con la organización del acto de beatificación, en el que se esperan miles de peregrinos.
Por su parte, en la ciudad de Roma se conmemora su figura con diferentes iniciativas.
Una de las celebraciones se llevó a cabo el domingo 22 de marzo y consistió en una Misa Solemne presidida por el postulador de monseñor Romero, el arzobispo Vincenzo Pagliaen la parroquia de Santa Maria in Traspontina. Posteriormente, los asistentes realizaron una marcha hacia la plaza de San Pedro y participaron al Angelus con el Papa.
Además, este martes 24 de marzo, se realizará una Vigilia ecuménica en memoria de monseñor Romero en la Basílica de los Santos Apóstoles. Dicha vigilia será presida por el obispo auxiliar de Roma, monseñor Matteo Zuppi quien explica para Radio Vaticano su importancia.
"Siempre tuvo una gran relevancia porque desde 1981 algunas realidades hacían memoria de monseñor Romero... una de las peores complicidades que se puede hacer con el mal es el silencio, es el olvidar, al contrario, la memoria es la manera de hacer vivir, defender a quien como monseñor Romero sacrificó su vida por la justicia y por el Evangelio".
Entre las realidades que han recordado estos años la figura del próximo beato Romero, monseñor Zuppi destacó a la Caritas de Roma, el centro misionario de la diócesis de Roma y la Comunidad de San Egidio, quienes "siempre hicieron oraciones de memoria, de escucha del mensaje de monseñor Romero".
Asimismo, este obispo auxiliar de Roma explicó que la memoria de monseñor Romero ayuda siempre a recordar a quienes han muerto por la fe recientemente, entre ellos recordó al jesuita holandés Frans Van Der Lugt quien murió en Alepo, las tres misioneras javerianas asesinadas en Burundi y a los 21 coptos egipcios decapitados en Libia.
"Será una vigilia de oración y de recuerdo de todos los misioneros, será ecuménica y casi interreligiosa porque intervendrá también un musulmán... Nuestra convicción profunda es que las religiones no tienen nada que ver con la violencia, en todas las religiones matar a una persona en nombre de Dios es una blasfemia".
Por último, monseñor Zuppi explica que esta vigilia será ecuménica por el hecho de que "el martirio nos une profundamente, era una intuición de Juan Pablo II por el jubileo que repitió el Papa Francisco... la memoria de quien da la vida a causa de su fe tiene que unirnos más para responder juntos de manera más fuerte a quien quiere dividir y matar".

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