Sunday, August 16, 2015

LA VIDA PARTICIPADA ES MISIÓN por Vicente Martínez



“El encuentro entre dos personas es como el contacto entre dos sustancias químicas: si se produce una reacción, las dos se transforman” (Carl Jung).
16 de agosto, domingo XX del TO.
Jn 6, 51-58
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre verdadera bebida
Todas religiones son comunidad. El cristianismo es comunidad. Los fundamentos de este componente se encuentran en la autoconsciencia emocional, pues cuanto más conscientes seamos de nuestras propias emociones mayor será nuestra destreza en la comprensión de los sentimientos ajenos. Las comunidades, los pueblos, son redes sociales. Y pertenecer a ellas conlleva el compromiso personal de contribuir a que la red se mantenga sana.
En el evangelio de Juan, Jesús confirma esta misión: “Como tú me enviaste al mundo, yo los envié al mundo” (Jn 17, 18). Misión comunitaria, en cuya estampación todos y cada uno alcanzamos la humana plenitud.  En Filomeno a mi pesar,escribe Torrente Ballester: “Así como las manzanas maduran con el sol,los hombres maduramos en presencia de otra persona, en colaboración con ella”.
Fisher lo expresa filosófica y poéticamente en El Caballero de la Armadura Oxidada:
“Merlín no cesaba de sorprender al Caballero.
-¿Cómo sabías que quería preguntaros?
-Como me conozco, puedo conoceros. Somos parte el uno del otro”.
Y cuando el caballero inicia el Sendero de la Verdad hacia los Castillos, empezó a percibir las diminutas partículas que fluctuaban en el aire; y al mirar el rostro de los petirrojos vio que no todos eran iguales. Se lo comentó a Rebeca, la paloma, quien dijo:
“Estáis empezando a ver las diferencias en otras formas de vida porque estáis empezando a ver las diferencias en vuestro interior”.
En Proverbios 9, 5 el Antiguo Testamento nos invita:“Venid a comer de mis manjaresy a beber el vino que he mezclado”. Y en el Nuevo, Jesús nos aclara el pleno sentido eucarístico del hecho de sentarnos con él en el Banquete: “Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna”. Es el pan partido y repartido que favorece la solidaridad y la unión entre los hombres.
Carl Jung hizo resaltar la importancia de esta misión participada:“El encuentro entre dos personas es como el contacto entre dos sustancias químicas: si se produce una reacción, las dos se transforman”.
Si esto sucede en el mundo físico ¿qué no acaecerá en el espiritual, movido por la fuerza del viento invisible del Espíritu? El poema Tú eres las notas, del místico Rumi pone en el camino.

TÚ ERES LAS NOTAS
Tú eres las notas, nosotros la flautaNosotros somos las montañas, tú los ecos que ascienden por ellas.Somos los peones y los reyes y las torresque dispusiste en el tablero: ganamos o perdemos.Somos leones plegándose y desplegándose en banderas.Tu viento invisible nos lleva por el mundo.

Vicente Martínez
Fe Adulta

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