Saturday, March 26, 2016

Semana Santa en el Cono Sur: diversidad cultural, diversidad festiva



La religión, el turismo y las tradiciones culinarias se mezclan


La diversidad también se replica dentro de las fronteras de cada país


La religión, el turismo y las tradiciones culinarias se mezclan durante la Semana Santa en el Cono Sur, donde los festejos llevan impresos la idiosincrasia de cada uno de los pueblos que habitan la región y que viven estos días de manera diversa de acuerdo a sus culturas y costumbres.
Esta diversidad entre los países también se replica dentro de fronteras, como en el caso de Argentina, donde los vaivenes demográficos han tenido su resultado en la manera en la que los locales viven la festividad.
De este modo, desde el centro hacia el sur del país, "la inmigración europea" tiene una fuerte impronta en la conmemoración, mientras que en el norte la influencia de los pueblos originarios le da un especial color a los ritos, explicó a Efe el sacerdoteJosé Carlos Caamaño, vicedecano de la facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina.
"Indudablemente, la influencia del Alto Perú tiene como resultado una Semana Santa con un particular colorido en el noroeste argentino, con trajes coloridos y altares e imágenes realizadas con flores", dijo el religioso.
El Viernes Santo es el auge de las celebraciones de la Semana Santa en ese país, conVía Crucis en todas las ciudades, cada uno con su determinada particularidad.
Uno de los más curiosos es el de Puerto Madryn (sur), que se realiza de forma submarina con buzos y nadadores; mientras que en Formosa (norte) se lleva a cabo el más largo del mundo, de acuerdo con el Libro Guinness de los récords, que abarca más de 500 kilómetros y dura más de tres días.
Esta costumbre también se extiende a Paraguay, país de mayoría católica, que tiene en el Vía Crucis viviente del barrio de Loma de San Jerónimo de Asunción su máxima expresión, encarnado por actores voluntarios.
Siempre en Paraguay, en el sureño departamento de Misiones, el principal evento es la llegada de miles de turistas para contemplar una peregrinación iluminada por unos15.000 candiles, gracias al impulso del artista Koki Ruiz en los últimos años.
Las celebraciones religiosas no son el destaque en Uruguay, un país laico por Constitución y en el que es más común que a la Semana Santa se la denomine "de Turismo", o incluso "Criolla", debido a un festival de cultura gaucha en Montevideo, por el que pasan unas 200.000 personas para ver "jineteadas" o "payadas".
También es para algunos la semana "de la Cerveza", por un festival musical en la ciudad de Paysandú (noroeste), que congrega a miles de jóvenes para disfrutar de conciertos de música popular.
"Los uruguayos nos hemos encargado de transformar la semana en un lío entre Cerveza, Criolla, Turismo, pero es la Semana Santa, la semana en la que Dios se ha manifestado en la plenitud de su amor en la crucifixión de su hijo", dijo en un mensaje a los fieles uruguayos el cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo.
En Chile, donde el 84 % de la población es católica y el 15 % protestante, los habitantes de este país escapan de los templos durante la Semana Santa y viajan a las playas y otros lugares de descanso, a pesar de que, por ejemplo, haya clases obligatorias de religión en colegios públicos.
En el país andino, la Semana Santa es ocasión propicia para el consumo masivo de mariscos, pescados, algas y todo tipo de productos marinos, aunque a contrapelo de esta costumbre, la Fundación Sociedad Atea de Chile, organiza hoy un "asado hereje" en un parque de Santiago para exigir la laicidad en la educación pública.
Los seculares uruguayos recuperan también la tradición cristiana de la vigilia en la mesa del Viernes Santo, y dejan de lado la carne roja para echar sobre la parrilla corvinas y anchoas enteras, además de preparar guarniciones de mariscos y ensaladas.
Es el caso de Daniel Machado, un uruguayo que acudió a las pescaderías de la zona del Buceo, en Montevideo, para comprar una corvina de 10 kilos para alimentar a su familia según la tradición cristiana.
"Siempre comemos asado (de carne vacuna), y solo el Viernes Santo es cuando comemos pescado, o casualmente alguna vez más al año", dijo el uruguayo.
 Lejos del mar, en Paraguay, la chipa, un panecillo de almidón de mandioca, harina de maíz y queso, es la estrella de las mesas en Semana Santa, y preside el Karú Guasú(Comida Grande, en guaraní), un ritual gastronómico tradicional en muchos hogares de ese país.
(RD/Agencias)

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