Wednesday, January 18, 2017

Un obispo chileno sostiene que los curas casados "son una voz de nuestro tiempo que hay que escuchar"


Carlos Peregrini llevará una carta del colectivo al Papa en febrero


"La configuración del ministerio sacerdotal tiene que ser revisada de cabo a rabo"


(Rufo González).- Un obispo diocesano se reúne con los curas casados de su diócesis. Nos llega esta buena noticia desde Latinoamérica (Chile), diócesis de Chillán:
"El día 19 de agosto, por iniciativa de nuestro obispo, tuvimos una reunión con los sacerdotes casados de Chillán -Chile-. En total fuimos 10. Fue gratificante este encuentro donde existió un diálogo abierto y transparente, donde se planteó y conversó todas nuestras inquietudes: el celibato opcional y mantener un diálogo permanente. Nuestro obispo, D. Carlos Peregrini, se comprometió que en la próxima visita Ad Límina, que será el próximo febrero, a entregar personalmente una carta de las inquietudes de nuestro grupo al Papa Francisco...".
Los sacerdotes casados celebran la Misericordia
La Comunidad de Sacerdotes Casados, junto a nuestras esposas, de la Diócesis de Chillán, Chile, después de tener un encuentro los días 1 y 2 de octubre del presente año, en San Fabián de Alico, queremos compartir con ustedes lo siguiente:
Llamados por nuestro Santo Padre el Papa Francisco, hemos reflexionado sobre el tema de la Misericordia, en nuestra realidad de Sacerdotes casados y deseosos de evangelizar como nos dice San Pablo en su Primera Carta a los Corintios: "¡Ay de mí si no evangelizo!"...

Considerando todas las reflexiones planteadas por los asistentes, podemos concluir los que a continuación detallamos:

- Deseamos compartir una mutua misericordia con nuestros obispos y hermanos sacerdotes, perdonándonos con humildad por los errores cometidos por unos y por otros, pues el Padre Misericordioso nos invita a perdonarnos y amarnos.

- Este perdón y encuentro misericordioso, deseamos y queremos nos lleve a un diálogo permanente sobre el tema del Celibato.
- Esperamos que este diálogo sea misericordioso, generoso, responsable, auténtico, buscando la verdad y sin hipocresías.
- Confiamos que el Espíritu Santo nos ilumine, para que con los responsables de la Iglesia, con misericordia y sin temores, se termine el celibato como una obligación y sea una opción, para enriquecimiento de amada Iglesia.
Sebastián Cozar Gavira. (Tiempo de Hablar. Tiempo de Actuar. Nº 147 P. 43. Moceop).

Mejor que el Papa

El 11 de noviembre de 2016, Francisco visitó en Roma a siete jóvenes sacerdotes casados. Es uno de los gestos del Papa los "viernes de la misericordia", durante el Jubileo Extraordinario. Pepe Mallo me enviaba este acertado comentario:

"El Jubileo de la Misericordia exige `volver a dar dignidad a cuantos han sido privados de ella´" (Misericordiae Vultus 16). Una vez más nos topamos con que los hechos contradicen a las palabras.
Francisco nos tiene acostumbrados a gestos significativos; pero aquí creo que ha hecho el paripé. En principio, como bien dices, la visita se produce en los "viernes de la misericordia", días en que Francisco "da su corazón a los miserables" (`miseri cor dare´).
De aquella reunión con las monjas se originó la Comisión para tratar el diaconado de las mujeres; de las concentraciones de Jóvenes a nivel mundial surgió la idea del "Sínodo sobre jóvenes y vocación" anunciado estos últimos días. De la visita de Francisco a "siete jóvenes que abandonaron el sacerdocio para casarse", ¿qué ha salido?, ¿cuajará también un "algo" que devuelva la dignidad a quienes han sido privados de ella? Lo dudo. "El Papa ha pretendido ofrecer una señal de cercanía y de cariño". Sólo eso. Le damos pena. ¡¡Qué pena!!".
El obispo de Chillán, Carlos Peregrini, se compromete

Esta cumpliendo el deseo de Pablo VI en la encíclica "Sacerdotalis Caelibatus" (24 junio 1967):

"Estamos seguros, venerables hermanos,... que no perderéis jamás de vista a los sacerdotes que han abandonado la casa de Dios, que es su verdadera casa, sea cual sea el éxito de su dolorosa aventura, porque ellos siguen siendo por siempre hijos vuestros" (Sacerd. Caelib. n. 95).
El día 19 de agosto, "por iniciativa" suya se reúne con los sacerdotes casados de Chillán -Chile-. Ha percibido que los obispos y presbíteros casados, muchos de ellos promotores de comunidades, son una "voz de nuestro tiempo" que hay que escuchar y valorar "a la luz de la palabra divina" (GS 44). Son una porción de la Iglesia muy significativa por su papel y por su preparación. No escucharlos y no dar solución evangélica a su problemática es una mala noticia eclesial. O peor: una injusticia llamativa y contraproducente, escándalo que induce a "ruina" eclesial y "resorte de ratonera" para muchos. Carlos Peregrini se ha comprometido a entregar personalmente una carta sobre inquietudes de los sacerdotes casados al Papa Francisco en la próxima visita Ad Límina el próximo febrero.
Este obispo aviva la esperanza

No me desengaño del Espíritu que guía la Iglesia en medio de tantas libertades, mediatizadas por tantos prejuicios, experiencias negativas, legalismos y fundamentalismos. No puedo hacer caso, amigo "Heart", a tu comentario (jueves 23 julio 2015, 10:35). No sé quién eres, pero te ocultas en una palabra inglesa muy hermosa: "corazón". Te supongo sacerdote por el conocimiento inferido y por la experiencia eclesial que demuestras:

"Desengáñate Rufo. A la jerarquía eclesiástica todos los los curas (tanto los que siguen en activo como los secularizados) les importan un pimiento morrón. Los utilizan mientras pueden y cuando el sujeto no puede más o es lo suficientemente inteligente para darse cuenta de que está en una institución sin mecanismos de control y en la que todo son amiguismos varios y envidias, y toma la decisión de marcharse, se le margina, se le califica de traidor, y se le deja con una mano delante y otra detrás. Esa es la verdad. Por dejar, no les dejan ni dar clases de religión, que esas están reservadas para los amiguitos varios y los enchufados.

Y los que siguen en activo se dan cuenta de sobra, lo que sucede es que , muchas veces, no tienen el valor ni el coraje suficientes para dar el paso. Hay muchos curas que dejarían el hábito ahora mismo, pero te preguntan ¿y qué voy a hacer después?. Pues eso. Aparte de todo esto hay muchos que están tomando ansiolíticos y antidepresivos de por vida.
Todo esto lo saben de sobra los obispos y se lo callan. Han convertido el ministerio en poco menos que una cárcel, no respetan las inquietudes ni intelectuales ni pastorales de los curas. Al haber tan pocos curas y tantas parroquias sin cubrir, se prioriza cubrir parroquias sin saber si las cualidades del individuo sirven para un determinado destino. Y luego, evidentemente, los curas se queman, porque, entre otras cosas, eso de que los curas son todo-terreno, es una falacia que se han inventado los obispos para justificar lo injustificable. ¿Cómo pueden justificar que un cura se haga cargo de 17 parroquias?. Vamos, hombre.
También saben de sobra que muchos curas tienen problemas psiquiátricos graves, muchos son alcohólicos y otros muchos homosexuales, pero aquí no pasa nada con tal de mantener el chiringuito. La configuración del ministerio sacerdotal tiene que ser revisada de cabo a rabo. O eso o le espera un futuro muy negro" (Comentario de Heart: jueves 23 julio 2015, 10:35).

Completamente de acuerdo en esto:

"La configuración del ministerio sacerdotal tiene que ser revisada de cabo a rabo".
No todo es negativo. Hay mucho bueno. Hay muchos sacerdotes célibes y casados que no dejan de "avivar el don de Dios que recibieron cuando les impusieron las manos" (2Tim 1, 6). Esperemos que el Espíritu, con permiso de los dirigentes eclesiales, despeje el camino para eliminar esta ley.

Rufo González
¡Atrévete a orar!
RD

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