Wednesday, February 08, 2017

El Vaticano planta cara al tráfico de órganos y reúne a representantes de 52 países




Por primera vez en la historia, el Vaticano ha organizado un encuentro para tratar el oscuro tráfico de órganos y el turismo de trasplantes en más de 50 países del mundo. Se trata de otra forma de esclavitud moderna que el Papa Francisco está empeñado en denunciar. Por eso, fue él mismo quien pidió a la Pontificia Academia de las Ciencias que organizara el congreso.

MONS. MARCELO SÁNCHEZ SORONDO
Canciller, Pontificia Academia de las Ciencias 
"Se enmarca dentro de lo que ha pedido el Papa y además, por suerte, tenemos en la academia a un médico muy interesado en el tema. La diferencia entre este tráfico con otros tráficos es que aquí no se puede hacer sin las manos de los doctores, sin los médicos. Por tanto, son los médicos los que conocen bien la situación”.

Precisamente el congreso ha incidido en la necesidad de implicar a los médicos en la denuncia de posibles casos y reforzar sus códigos éticos.

IGNAZIO MARINO
Cirujano 
"El problema es muy grave porque se trata de la explotación de la persona, de la dignidad de la persona. Yo lo llamaría crimen contra la Humanidad”.

Cada vez hay más conciencia de la gravedad de comerciar con partes de seres humanos. Por ejemplo, en China el gobierno autorizaba en el pasado el uso de órganos de los presos ejecutados. Una práctica que ya no realiza y cuya prohibición aplaudió el Vaticano.

De hecho, uno de los máximos responsables del gobierno chino en la materia, Jiefu Huang, acudió a este encuentro. Son pequeños pasos hacia la normalización de relaciones entre el Vaticano y China. 

DR. JIEFU HUANG 
Cirujano y Responsable Comité Trasplantes y Donación Órganos
"Es una reunión internacional muy importante por la noble identidad del Papa Francisco. Soy cirujano, no sé nada de diplomacia, pero esta es una señal de que los ciudadanos chinos queremos mejorar nuestra relación con los ciudadanos del Vaticano”.

Los datos hablan por sí solos. Un pakistaní puede vender un riñón por 2.000 dólares, ese mismo riñón costará 80.000 dólares en Estados Unidos. Las mayores víctimas de este siniestro negocio son los descartados

GUSTAVO VERA
ONG Alameda
"Uno obtiene un órgano en dos meses y otro se demora 8 años y la diferencia que hay entre dos meses y 8 años se llama dinero. En la medida en que los órganos se conviertan en una mercancía dentro de un sistema, como Francisco llamaría de consumismo desenfrenado, de descarte etc etc lo que vamos a tener es una población vulnerable”.

Donantes y también receptores son víctimas. Los "turistas” que viajan a otros países para obtener órganos no tienen ninguna garantía sanitaria y 7 de cada 10 desarrollan infecciones graves.

Según el Registro Mundial de Trasplantes, durante el 2015 se trasplantaron 119.873 órganos en el mundo. La Organización Mundial de la salud estima que cada año 10.000 de estos trasplantes son realizados de manera ilegal.


“El Vaticano no encubre a China en extracción forzada de órganos”


El profesor Huang Jiefu durante el Congreso en el Vaticano contra el tráfico de órganos

ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ
CIUDAD DEL VATICANO

“Alguien puede creer que el Vaticano encubre las malas prácticas de China, pero no es así”. Lo aclaró Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Pontificia Academia para las Ciencias, en el primer día de una cumbre sobre tráfico y transplantes. Así salió al paso de la polémica internacional suscitada por la participación en el encuentro de dos funcionarios chinos, uno de ellos señalado por favorecer la política de extracción forzada de órganos a prisioneros. Los delegados de Pekín se defendieron acusando a la prensa de publicar mentiras y asegurando que están comprometidos con un cambio en el sistema que respete los derechos humanos de los presos. El Papa sigue de cerca el caso y espera señales claras de ese cambio.

Por primera vez en la historia, la Santa Sede convocó a los máximos expertos médicos e institucionales del mundo para debatir sobre este flagelo, en franco crecimiento. Delegados de más de 50 países aceptaron disertar en una cumbre de dos días (7 y 8 de febrero) bajo el título: “Tráfico de órganos y turismo de transplante”. ¿Objetivos? Presentar un diagnóstico preciso del problema, firmar una declaración de consenso contra estas prácticas y apoyar la lucha contra ellas a nivel global.

Entre los asistentes destacó, desde el principio, la presencia de dos personajes de alto nivel en el gobierno chino: Jiefu Huang y Haibo Wang, presidente y miembro del Comité Nacional de Donación y Trasplante de Órganos. Su presencia en Roma desató la indignación de grupos investigadores de la práctica de extracción forzada en el país asiático. Una polémica que montó en la vigilia del inicio de la cumbre y llegó hasta oídos del Papa.

Los delegados chinos defendieron su posición en un mensaje a la Academia Pontificia en el cual declararon su “devoto compromiso” en la construcción de un nuevo sistema de donación que prohíba el uso de órganos proveniente de prisioneros. Incluso alegaron haber sido víctimas de ataques desde dentro y fuera de China, por parte de aquellos que pretenden mantener el viejo sistema porque obtienen beneficios económicos de él y solicitaron el apoyo de la comunidad internacional para lograr un cambio definitivo.

Al respecto, Sánchez Sorondo sostuvo que la Academia Pontificia estudió mucho el caso y llegó a la conclusión que invitar a los delegados chinos podría tener dos efectos: uno positivo y otro negativo. “El efecto negativo es que alguien puede creer que invitando a China nosotros queramos cubrir las malas prácticas que son conocidas en ese país, pero no es así”, reconoció.

“El efecto positivo es reforzar la posición actual del gobierno chino, del presidente y de los ministros que quieren cambiar verdaderamente y respetar la dignidad humana en este campo, es decir no vender los órganos de los prisioneros como se hizo. Hay una evolución en esto, ellos quieren ser ayudados por la comunidad internacional y por la Iglesia, nosotros estamos muy contentos de esta actitud y creemos realmente que ellos quieren cambiar, que están cambiando”, abundó.

Pero el arzobispo argentino mantuvo prudencia y precisó: “Que ahora no se haga ningún transplante de órganos ilegal en China esto no lo podemos decir, pero queremos fortalecer el movimiento del cambio”.

En estos días el Papa Francisco fue informado de la controversia y tuvo una reacción elocuente. Aseguró que a todos se trata con misericordia y por eso se mantuvo la invitación a los funcionarios chinos, pero que espera gestos evidentes de transformación, por ejemplo “desmontar los quirófanos de las cárceles”.

En sus declaraciones, el canciller Sánchez Sorondo consideró a la extracción de órganos y el tráfico son “delitos de lesa humanidad”. “Debemos decir claramente que este es un crimen contra la humanidad porque si no se dice esto se confunde la gente, quitarle el órgano a una persona en una persona conciente, como se hace, es un crímen contra la humanidad. Se necesita que las legislaciones estén acorde a esto, existen pero son insuficientes. Aquí pasa que las multinacionales son más veloces que las leyes y aprovechan las circunstancias”, estableció.

Explicó que la causa fundamental de este comercio es la existencia de una sociedad que no se centra en la persona humana sino en el dinero, en la cual los ricos quieren “vivir bien” y por eso “hacen de todo” para tener los órganos que necesitan.

“En el pasado se decía que este era sólo el 1 por ciento de todo el tráfico pero no, ahora se está entendiendo que es un fenómeno mucho más importante y queremos saber a qué responde exactamente. La diferencia de este tráfico con otros es que este no puede llevarse a cabo sin las manos de los doctores, aquí son casi todos médicos, representantes de instituciones u organismos privados, especialistas en transplantes. Se debe empujar la ética, que los médicos involucrados recuperen la conciencia médica”, insistió. 

Vatican Insider

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