Friday, February 03, 2017

Los jesuitas de Centroamérica alzan su voz contra el muro fronterizo de Trump


Lo califican de "afrenta a nuestra misión y asalto a los valores cristianos"


Señalan su intención de "trabajar juntos/as, para que se respeten los derechos humanos"


(Israel González Espinoza, corresponsal en Centroamérica).- La Provincia Centroamericana de la Compañía de Jesús expresó este jueves por medio de un comunicado la construcción de un muro fronterizo que la administración del presidente estadounidense Donald J. Trump pretende construir a lo largo de la guardarraya que divide los Estados Unidos de América y México.
"La Provincia Centroamericana de la Compañía de Jesús, la Comisión Provincial de Apostolado Social y la Red Jesuita con Migrantes Centroamérica expresamos nuestra preocupación y total rechazo a las medidas migratorias anunciadas en los últimos días por el presidente de Estados Unidos, tales como el aumento de la seguridad fronteriza, la suspensión del derecho a solicitar asilo, el aumento de centros de detención y de procedimientos de deportación expedita, y la prohibición de entrada a personas de varias nacionalidades, entre otras", expresa el primer párrafo del contundente comunicado de los jesuitas de América Central.
El comunicado de la Compañía de Jesús en América Central llega días después que los jesuitas de Canadá y EE.UU. condenaran por medio de un comunicado conjunto las medidas de control migratorio que ha firmado por medio de decreto ejecutivo el presidente Trump.
"Nos sumamos a las denuncias de los hermanos jesuitas de Canadá y Estados Unidos, quienes consideran dichas disposiciones una afrenta a nuestra misión como Compañía de Jesús, y un asalto a los valores cristianos. Y nos sentimos cuerpo con ellos cuando expresan su solidaridad con nuestras hermanas y hermanos migrantes, reafirman su decisión de no ceder ante el miedo, y su intención de continuar la larga tradición de defender y acompañar a las personas migrantes y refugiadas, sin importar su origen o religión", remarca otro párrafo de dicho comunicado.
Según los sacerdotes jesuitas en América Central, las órdenes ejecutivas de la administración estadounidense de Donald Trump tienen a "estigmatizar y criminalizar a los migrantes" y violan derechos humanos fundamentales. Del mismo modo, subraya que dichas medidas restrictivas tienden a agravar la crisis migratoria del triángulo norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras), dónde la situación de violencia y la injusticia social enraizada en la sociedad obliga a miles a buscar un mejor destino en Estados Unidos.
"En tiempos de muros, nos sentimos llamados a construir puentes entre personas, culturas y sociedades. A levantar nuestras voces y trabajar juntos y juntas para que los Estados centroamericanos y norteamericanos, respeten los derechos humanos y el principio de la dignidad humana, celebren las diferencias y fomenten una cultura de hospitalidad y fraternidad", finaliza el comunicado de la Provincia jesuita en América Central.


Por su importancia, reproducimos íntegro el comunicado de la comunidad jesuita en América Central:
Es tiempo de construir puentes, no muros
La Provincia Centroamericana de la Compañía de Jesús, la Comisión Provincial de Apostolado Social y la Red Jesuita con Migrantes Centroamérica expresamos nuestra preocupación y total rechazo a las medidas migratorias anunciadas en los últimos días por el presidente de Estados Unidos, tales como el aumento de la seguridad fronteriza, la suspensión del derecho a solicitar asilo, el aumento de centros de detención y de procedimientos de deportación expedita, y la prohibición de entrada a personas de varias nacionalidades, entre otras.
Las órdenes ejecutivas emitidas por la Administración Trump suponen violaciones graves a los derechos humanos y "representan una política dirigida a estigmatizar y criminalizar a los migrantes o a cualquier persona percibida como migrante", tal y como reconoce la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su comunicado del 1 de febrero del presente año. Su implementación no tiene otro efecto más que agravar la crisis y vulnerabilidad de los miles de centroamericanos y centroamericanas, que se ven obligadas a salir de sus países porque éstos no les brindan las condiciones mínimas para poder llevar una vida digna, y en muchos casos, para poder salvar sus vidas.
Nos sumamos a las denuncias de los hermanos jesuitas de Canadá y Estados Unidos, quienes consideran dichas disposiciones una afrenta a nuestra misión como Compañía de Jesús, y un asalto a los valores cristianos. Y nos sentimos cuerpo con ellos cuando expresan su solidaridad con nuestras hermanas y hermanos migrantes, reafirman su decisión de no ceder ante el miedo, y su intención de continuar la larga tradición de defender y acompañar a las personas migrantes y refugiadas, sin importar su origen o religión.
En tiempos de muros, nos sentimos llamados a construir puentes entre personas, culturas y sociedades. A levantar nuestras voces y trabajar juntos y juntas para que los Estados centroamericanos y norteamericanos, respeten los derechos humanos y el principio de la dignidad humana, celebren las diferencias y fomenten una cultura de hospitalidad y fraternidad.
RD

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