Tuesday, November 14, 2017

África; los combonianos: “la información es la primera forma de solidaridad”


Los misioneros desmontan las «fake news» y los prejuicios que acompañan las noticias sobre la migración, los conflictos, el tráfico de personas y la economía del continente

FRANCESCO PELOSO
CIUDAD DEL VATICANO

Un encuentro con los medios de comunicación para comenzar a invertir los términos de una narración negativa sobre África, a menudo manipulada y alimentada por estereotipos xenófobos y racistas o por movimientos políticos que convierten el odio contra los extranjeros en su principal propaganda. Esta es la iniciativa que han concebido los misioneros combonianos, con el objetivo de «romper el muro del silencio ante los hechos que suceden en las periferias geográficas de nuestro tiempo». En estos términos se expresó el padre Giulio Albanese, director de «Popoli e Missione», en la inauguración de la conferencia de prensa que se llevó a cabo en la Radio Vaticana el martes 14 de noviembre. Una ocasión para dar voz a quien, en las realidades dramáticas y complejas de nuestro tiempo, vive y trabaja por muchos años casi siempre lejos de los reflectores de los medios de comunicación, del flujo cotidiano de la información. Por ello participaron en el encuentro el padre Domenico Guarino, combiniamo de la comunidad de Palermo (comprometido en la acogida de los migrantes que llegan a Sicilia por el Mediterráneo), sor Gabriella Bottani (comboniana que coordina Talitha Kum, la red mundial de la vida consagrada en contra del tráfico de personas), el padre Elías Sindjalim (comboniano de Togo que opera principalmente en la República del Congo), Luciano Ardesi (africanista y colaborador de la revista «Nigrizia»). Los acompañó el padre Rogelio Bustos, del consejo general del Instituto. 

El evento forma parte de las celebraciones por los 150 años de la fundación de la Congregación por parte de Daniele Comboni, el gran misionero italiano que, a mediados del siglo XIX (los combonianos fueron fundados en 1867) dedicó su vida al continente africano según una indicación bien precisa: «Salvar a África con África». En este contexto, las diferentes realidades misioneras han tomado la palabra, cada una consciente de que el fenómeno migratorio está convirtiéndose en un detonador de progresivas oleadas de miedo y desinformación. «Olvidan a menudo —dijo al respecto Albanese— las verdaderas razones de este éxodo, por tal razón el mundo misionero debe ser trámite para los mensajes, porque, efectivamente, la información es la primera forma de solidaridad». En este sentido se recordó, una vez más, que la gran mayoría de los desplazamientos de la población africana son dentro del continente y solamente una pequeña parte de estas migraciones llega a Europa o Italia. 

El padre Sindjalim, religioso de Togo que ha trabajado varios años en la República del Congo, recorrió brevemente las etapas de un reciente pasado lleno de turbulencias políticas que han desembocado en conflictos armados permanentes en los que tres grupos armados luchan por el control del país, además del gobierno. También recordó que, en un marco ya tan desastroso, el desempleo llega al 86% (un récord): «quienes trabajan tienen salarios inadecuados, se puede decir que el congoleño promedio vive de milagro, mientras en el país dilaga la corrupción». 

Sor Bottani, por su parte, habló sobre el compromiso de las religiosas en contra del tráfico de personas, fenómeno global en el que «el continente africano está en primer lugar por número de víctimas en relación con el total de la población. El África subashariana presenta, además, otro récord: el del porcentaje de menores objeto del tráfico, que equivale al 64%». 

También explicó que «los campos para refugiados se han convertido en lugares en los que se recluta a las personas que acabarán en las redes del tráfico; esto sucede en Sudán, Egipto, Kenya, Uganda, Etiopía, pero también en Italia». Hay aspectos del tráfico de personas, observó, menos conocidos, como matrimonios forzados, el uso de órganos para transplantes ilegales o que se venden en el ámbito del fenómeno de la brujería, mientras las niñas a también son víctimas porque se cree que una relación con una niña virgen puede curar el Sida.  

El 71% de las víctimas del tráfico de personas está conformado por mujeres, prosiguió la religiosa, pero es preciso que todos se unan para contrarrestar el fenómeno, también los hombres, «porque la esclavitud de las mujeres es un problema de toda la humanidad». 

El africanista Ardesi afrontó el tema del «land grabbing», es decir de la expropiación de tierras por parte de grandes grupos multinacionales o de grandes potencias económicas. Un fenómeno que comenzó alrededor de 2008, paralelamente a la extensión de la crisis económica mundial, que llevó a una valoración de los productos agriosas, de las necesidades alimenticias, mientras se difundía el uso de terrenos para la producción de biocarburantes. Muchos de los acuerdos suscritos para el alquiler o la cesión de los terrenos tienen cláusulas secretas y las propiedades financieras se encuentran en paraísos fiscales como las Islas Caimán, en donde es difícil, cuando no imposible, conocer la identidad de los propietarios. Este también es uno de los motivos por los que es complicado monitorear los flujos de dinero. Las consecuencias son el empobrecimiento depuestos y naciones y la expulsión de miles de personas de determinado territorio; sin contar con que la agricultura en África es llevada a cabo principalmente por mujeres. China, Singapur, Estados Unidos, Gran Bretaña, Sudáfrica y los países del Golfo son algunos de los protagonistas de estas actividades depredadoras.

Para concluir, el padre Domenico Guarino recordó cuál es el compromiso de los misioneros, en Palermo y Sicilia, a favor de los migrantes, de ese pedazo de África que llega a las costas europeas. «De los que tienen la suerte de llegar a tierra —explicó—, más del 70% ha sufrido un trauma durante el viaje. Entre ellos hay menores de edad, víctimas de torturas o violaciones en los centros libios, mujeres solas que a menudo caen en las redes de traficantes y explotadores». El padre Guarino también criticó duramente el acuerdo entre Italia y Libia que «ha vuelto más dramática la vida de los migrantes, al abandonarlos allí en donde los derechos son violados cotidianamente». Todos, añadió, hablan sobre los migrantes sin tener en cuenta la realidad, los números reales ni su condición; de hecho, los migrantes, además de ser un recurso económico son también y muy a menudo un recurso ideológico. «Nosotros estamos contentos —dijo el misionero— por el Papa Francisco, que es un aliento de vida en nuestro camino y una referencia también para muchas asociaciones laicas. Debemos separar a los migrantes de su uso ideológico». 

El próximo 17 de noviembre se llevará a cabo en el Aula magna de la Pontificia Universidad Urbaniana, de las 15,30 a las 19 hrs. un congreso dedicado a Daniele Comboni, titulado «Regenerar África con África». 

Vatican Insider

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